Rememoran 50 años de literatura en Sinaloa
CULIACÁN._ La creación de la Dirección de Investigación y Fomento de Cultura Regional, en los años 70, y transformado luego en Instituto Sinaloense de Cultura, impactó en la creación de lectores, el surgimiento de escritores, con todas las actividades literarias que se han hecho desde entonces, coincidieron los escritores Élmer Mendoza y Ulises Cisneros.
Durante el conversatorio 50 años, 50 palabras: El Isic en la literatura, Retrospectiva de las letras en Sinaloa, moderado por el poeta Jesús Ramón Ibarra, organizado en el programa del 50 Aniversario de la Fundación de Difocur-Isic, recordaron los primeros talleres de creación literaria, los círculos de lectura, y a los grandes escritores que han surgido en el estado, como Inés Arredondo, Dámaso Murúa y Ramón Rubín.
Durante la charla, Cisneros destacó que los talleres que el escritor Renato Prada Oropeza, trajo a Sinaloa fueron el punto de partida de este movimiento literario, pues era mediados de los años 70 y reunió alrededor de 15 personas, entre ellos Francisco Gil Leyva, Aurora Félix, Josefina Rayas y Guadalupe Ledesma.
Mendoza compartió su experiencia sobre la creación de círculos de lectura que impulsó en los años 80, los llamados Viernes de Literatura, que inició en la Biblioteca Gilberto Owen, con un taller infantil, para después llevarlos a la cárcel de Aguaruto y al Centro Tutelar de Menores y a la recién creada cárcel para mujeres en Ahome.
- El público escuchó atento a los autores.
- ‘Elmer Mendoza compartió su experiencia sobre la creación de círculos de lectura que impulsó en los años 80, los llamados Viernes de Literatura.
- La charla se llevó a cabo en el Centro Sinaloa de las Artes Centenario.
“Hicimos mucho trabajo, ya desde entonces teníamos la idea de que Sinaloa no podía seguir siendo igual, con el problema de la violencia y el narcotráfico, que había que hacer algo. El problema que vivimos hoy tiene raíces muy antiguas y muy profundas Difocur trabajó mucho en eso, ya desde entonces”.
El escritor compartió que en los tutelares escribieron mucho sobre esos temas, y eran textos que después rompían, pues se confesaban crímenes por los que no habían sido juzgados.
Abordaron también el tema de las publicaciones que inició la poeta Rosa María Peraza, en la UAS y que luego gestó cuando le dieron la dirección de la Biblioteca Gilberto Owen y de la Red Estatal de Bibliotecas.
“Rosa María Peraza inició su trayectoria al haber ganado el concurso de los Juegos Florales de Guamúchil, hacia 1984 emprende esta acción de trabajo que incluye presentaciones de libros, de escritores de México, círculos literarios y busca a nuevos autores, teníamos un grupo en el que estaba Miguel Ángel Ojeda, Rosy Palau, hacíamos charlas, siempre vinculados con la comunidad literaria de Sinaloa.
Recordó también la presencia de los integrantes de La Espiga Amotinada, como Juan Bañuelos, Jaime Labastida, Jaime Augusto Shelley, entre otros.
Mendoza recordó la creación del Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen y a tres grandes de la literatura sinaloense: Dámaso Murúa, a quien consideró un autor que debería ser más leído por los sinaloenses más allá de “El Güilo mentiras”; Inés Arredondo, la narradora más importante de Sinaloa y de México en el siglo 20, que supo desde una concepción muy íntima contar los problemas humanos; y Ramón Rubín, quien denunció cosas muy fuertes de los intelectuales y lo marginaron, pero que conectó de nuevo con Sinaloa, por el Premio Sinaloa de las Artes.
Al final, destacaron el trabajo editorial del Isic y la dramaturgia, en el que destacaron a Óscar Liera, Ángel Norzagaray, Teresa Díaz del Guante, Lizet Norzagaray, Dolores Espinoza, entre otros.