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Violencia

Una ciudad en vilo: ráfagas interrumpen el Día del Padre en Culiacán

Un enfrentamiento armado en Tierra Blanca dejó tres muertos, un herido y sembró el terror desde la madrugada en plena jornada de festejo familiar
15/06/2025 18:21

CULIACÁN._ Los enfrentamientos armados, como la de este domingo, se han vuelto parte de la cotidianidad. Y aunque el Día del Padre prometía una mañana de celebración, para muchos quedó marcado como otro episodio más en una ciudad que aún no despierta de su pesadilla.

La ciudad apenas despertaba este domingo, Día del Padre, cuando el eco de los disparos sacudió a los vecinos de la colonia Tierra Blanca. Eran las 3:30 de la madrugada de este domingo 15 de junio cuando el estruendo de las ráfagas interrumpió el sueño y marcó el inicio de una jornada que, en lugar de celebraciones familiares, dejó miedo, muerte y destrucción.

Más de 20 minutos duró el enfrentamiento armado entre civiles, según reportes ciudadanos, un intercambio de fuego que se escuchó con fuerza en distintas calles del sector. A las 4:00 aún se oían detonaciones.

“Me acuerdo que fue como a las 3:30 cuando se escucharon los rafagazos... No supimos qué pasó, pero duraron bastante y las autoridades llegaron tarde”, narró un residente con voz cansada, sin sorpresa, como quien ya ha vivido esto más veces de las que quisiera.

Con el amanecer llegaron las patrullas. La Guardia Nacional y la Policía Estatal cerraron accesos, y un convoy de seguridad comenzó a inspeccionar las calles donde yacían los cuerpos y los rastros del tiroteo. En la avenida Álvaro Obregón, entre Sociólogos y Arquitectos, se hallaba el corazón de la escena: una camioneta blanca Jeep Wagoneer, blindada de forma artesanal, impactada contra una distribuidora de hielos. Lo que llamó la atención de todos fue su techo, modificado con una base para montar un fusil Barret calibre .50. En el interior, el cadáver de un civil abatido.

Los vecinos salieron poco a poco, algunos por curiosidad, otros con temor, y varios más con frustración. El tráfico se volvió lento; la cinta amarilla cruzaba las calles; los comercios, como cada domingo, querían abrir. Pero no pudieron.

“Siempre nos ponemos desde la mañana, pero hoy no se pudo”, dijo doña Martha, nombre ficticio por seguridad, dueña de un local de tacos. Junto a su familia, esperó horas refugiada bajo una techumbre improvisada. No se resignó: sacó un toldo, algunas mesas y comenzó a calentar carne en la parrilla, decidida a no dejar morir el día.

Mientras tanto, elementos de la Fiscalía General del Estado levantaban evidencias. Peritos recogían casquillos, cientos, tal vez más de mil, que quedaron esparcidos por calles, banquetas y patios. Llenaron bolsas, las intercambiaban, volvían a llenar más. También se localizaron partes de equipo táctico abandonado: rodilleras, cartucheras, fragmentos de vidrio blindado, vestigios de un combate urbano.

Una ambulancia de la Cruz Roja atendió a una cuarta persona involucrada que resultó herida y fue trasladada con vida. Más tarde, el Servicio Médico Forense levantó los cuerpos de tres personas fallecidas, una de ellas en el interior de la camioneta artillada.

Pasadas las 10:00 horas, una grúa de la Policía Estatal retiró el vehículo modificado. Los curiosos seguían mirando desde lejos, sin apartar la vista. A las 11:00, finalmente, las autoridades reabrieron las calles. Pero el recuerdo del enfrentamiento seguía presente.

La escena aún mostraba huellas del ataque: cortinas metálicas destruidas, cristales rotos, impactos de bala en paredes y vidrios de negocios. Un taller cercano tenía una unidad dañada; en la distribuidora de hielos, las puertas ya no cerraban. Y en el asfalto, aún sin limpiar, brillaban al sol los restos de una madrugada violenta.

Eran las 11:30 cuando el sol alcanzó su punto más alto. Las familias salían a desayunar, los comercios abrían a medias, los corredores del medio maratón “Serdi 2025” tomaban agua tras su esfuerzo. Pero nada quitaba el peso del día. La violencia, otra vez, había ganado el amanecer.

De poco sirvió el operativo especial anunciado por la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) para este Día del Padre en Culiacán. A pesar del despliegue de patrullajes reforzados en los seis sectores en los que está dividida la ciudad, una estrategia presentada como medida para ampliar la cobertura y mejorar la capacidad de respuesta ante posibles delitos, los hechos demostraron lo contrario, la violencia se impuso desde la madrugada y la promesa de un festejo en paz se desmoronó entre ráfagas y calles acordonadas.