"Olas Altas, una playa de ensueño"
MAZATLÁN._ Olas Altas es una playa que ha sabido sobrevivir al tiempo.
Enclavada en uno de los barrios más populares de Mazatlán, se reinventa cada día con esa frescura que le brinda el mar.
En ella conviven lo mismo turistas extranjeros jubilados, surfistas, y jóvenes. El pretexto es que haya sol para tirarse sobre la arena y disfrutar del clima y el oleaje que ofrece.
Las sombrillas se invaden entre sí, se vuelven cómplices de los romances que, incluso, llegan a durar apenas unas horas... se van con el atardecer.
Ahí, Linda y su esposo, originarios de Canadá pero con 10 años de radicar en el puerto, eligieron Olas Altas en estos días santos.
"Vivimos aquí desde hace 10 años, con frecuencia visitamos la Isla de la Piedra, a veces Playa Norte, pero Olas Altas pareció ser ideal hoy", comentó.
A unos metros, un grupo de jóvenes mazatlecos, parte del Proyecto Simétrico, practica parkour, una actividad de acrobacias.
Para los que se introducen al mar, el salvavidas del Escuadrón de Salvamento Acuático les recomendaba alejarse de las rocas y les señaló las corrientes marinas.
"Ahorita está tranquilo, pero a partir de las dos de la tarde empieza a subir la marea y ahí sí no sabemos cómo se ponga", explicó.
Los 'conquista' la Carpa Olivera
En estas vacaciones la Carpa Olivera, una alberca natural frente al mar, ha registrado una fuerte demanda de turistas y mazatlecos.
Desde temprano se instalaron ayer con sombrillas y sillas.
"Queremos salir de la rutina, ya fuimos a las playas los otros dos días, hoy quisimos venir aquí. Nos gusta, está bien padre tener una alberca que se llena con el mar, es algo diferente a todo lo demás", manifestó Lorenza, originaria de Culiacán.
Algunos llevaron alimentos y música, otros buscaron en los restaurantes que se encuentran en la zona.
Un salvavidas vigiló en todo momento que los visitantes respetaran las reglas, que no caminaran sobre la orilla de la alberca, o que se bajaran a las rocas, para evitar accidentes.
Satisfacen 'antojos'
En la glorieta Sánchez Taboada, los visitantes se acercan a los puestos de raspados, cocos helados, frutas, elotes cocidos, frutas con chile, limón y sal y ceviche de sierra.
Ahí, satisfacen sus antojos.
Pero también aprovechan para tomarse fotografías y esperan que se lance el clavadista, quien no los defrauda.
"Tómame una foto aquí, porque ya mero nos vamos", dijo un visitante de Tabasco.