Escuinapa celebra 110 años de historia marcada por lucha y resiliencia
ESCUINAPA._ La historia del municipio de Escuinapa, desde que no era catalogada como tal, está marcada por la lucha, el pensamiento liberal y la resiliencia para volver a empezar.
Desde su colonización por monjes franciscanos, se trazó la ruta para un pueblo hospitalario y que con gusto recibió a migrantes que el tren trajo en la época revolucionaria.
Y también es un pueblo que para el profesor Óscar Oceguera Ramos, integrante del grupo Pro Cultura, con toda su diversidad, libertad y personajes, hizo realidad el pueblo de “Macondo”, que dibujó Gabriel García Márquez en su novela “Cien años de soledad”.
“Aquí se convirtió en realidad ‘Macondo’, cuando venían los circos, todo mundo corría a los circos, para ir a las playas era un show”, expresa.
En el municipio, que hoy celebra 110 años de haber sido nombrado Escuinapa en ese 7 de septiembre de 1915, pero firmado el 17 de septiembre por decreto presidencial, no había desde la colonia indígenas naturales, ha sido un pueblo de migrantes extranjeros que vinieron a enseñar y a hacer productiva esta tierra, indica Oceguera Ramos.
Era esta una zona donde no había indígenas naturales porque murieron por las enfermedades que trajeron también del otro continente y que pese a sus conocimientos de herbolarios, no pudieron hacer frente.
Esta era una zona de tierra que además aprendió a vivir de lo que la naturaleza les otorgaba, por eso mientras la minería de Rosario se extingue, la producción de camarón y sal le dio un impulso enorme al nuevo municipio, lo hizo brillar a nivel nacional.
“A Escuinapa se le conocía como Pueblo Santo, Pueblo Viejo, coexistió con Auchen, que era un pueblito que estaba junto a Palmito pero no quedaron vestigios de nada”, dice.

El pueblo se fundó entre las marismas, pero los zancudos, la forma de vivir los hizo emigrar y llegar al lado donde hoy está la Capilla del Gallo, pero también no era posible estar, pues eran susceptibles a los ataques al estar entre cerros.
Por ello, el asentamiento se movió a donde se ubica hoy Paredones y lo que es parte de la 10 de Mayo eran casas dispersas, no juntas, señala el profesor.
Pero volvieron a moverse ante las crecidas de los arroyos Juana Gómez y el Buñigas, las inundaciones los hicieron seguirse moviendo a la parte del centro.
“Cuando Escuinapa empieza a tener auge es a principio de siglo porque tenia un excelente medio de transporte que era el tren, desde 1909 que empezó a funcionar, empezó a traer viajeros que se quedaban aquí, que comerciaban el camarón seco, quienes sabían los chinos, era quienes los enseñaron”, relata.

Eran tiempos en que el camarón seco era necesario pues no había refrigeración; después llegaron las empacadoras con el camarón “perla” o “excélsior” que se transportaba hasta España y el sabor decían que era exquisito.
Y la historia del municipio no nace hace 110 años, indicó el profesor: las anécdotas y sus personajes son milenarios, son ellos quienes dieron esa identidad de lucha, resistencia y resiliencia.

DOS VECES QUEMADA
La ciudad en su historia muestra cómo tuvo que resurgir, una y otra vez, después de ser quemada por las fuerzas conservadoras dirigidas por Manuel Lozada “El Tigre de Álica”. Fue un 7 y 8 de febrero de 1860 cuando iba en camino a Mazatlán a defender la plaza como conservador.
“Lozada en Nayarit es un héroe, para nosotros es un bandido, de ida lo quema y de vuelta vuelve a quemarlo... ese rencor de Escuinapa contra Rosario queda, Rosario era conservador, Escuinapa era liberal, ‘’El Tigre de Álica’ era compadre de Porfirio Díaz”, relata Oceguera Ramos.
Veinte días después de haber quemado dos veces la ciudad, vuelve a intentarlo, pero la partida militar los corre y evita que de nuevo se haga daño.
“Lo iba a quemar otra vez, Escuinapa ya estaba aquí, las casas más viejas de Escuinapa no tienen 200 años, ninguna casa, ni las paredes viejas de la Iglesia, todo se destruyó”, explica el profesor.
En 1915 es cuando se da la municipalización por decreto presidencial y hay decenas de anécdotas relacionadas al poder y amistad que algunos escuinapenses tuvieron con quienes dirigían el País, pero se tiene que seguir investigando para seguir fortaleciendo la identidad de los escuinapenses, de la visión de trabajo que siempre han tenido pero también de la resistencia que han enfrentado para hacer grande esta tierra.