Santiago Giménez se despide del Feyenoord con homenaje en De Kuip: ‘Es mi segundo hogar’
Entre ovaciones, banderas y recuerdos, Santiago Giménez cerró su ciclo con Feyenoord como lo que fue: un referente.
Este sábado 2 de agosto, el estadio De Kuip se vistió de rojo y blanco para rendir homenaje al delantero mexicano Santiago Giménez, quien regresó a Rótterdam siete meses después de su salida al AC Milán, para despedirse oficialmente de la afición que lo convirtió en ídolo.

El homenaje se realizó durante el medio tiempo del amistoso entre Feyenoord y Wolfsburgo, último partido de pretemporada para el conjunto neerlandés. El marcador fue anecdótico (4-0 a favor de Feyenoord), porque lo verdaderamente importante ocurrió fuera del balón: la vuelta de honor de “Bebote”, acompañado por ex compañeros, directivos y miles de aficionados que se pusieron de pie para ovacionarlo.
Giménez apareció en el césped ondeando la bandera mexicana, rodeado por los trofeos que conquistó con el club:
- Eredivisie 2022–2023
- Copa de los Países Bajos 2024
- Supercopa de los Países Bajos 2024

Con 65 goles en 105 partidos, el canterano de Cruz Azul se convirtió en el 13º máximo goleador histórico del club, y en uno de los jugadores más queridos por la afición del “Ven Het Volk”.
“Este es mi segundo hogar. Lo he sentido así desde que llegué. Se siente increíble poder despedirme así, con todos los fans. Estoy muy agradecido”, declaró Giménez en entrevista posterior.
El homenaje coincidió con la foto oficial del equipo y la reunión anual de socios, reforzando el carácter institucional del evento. El club quiso cerrar el ciclo como corresponde, luego de que su salida en enero fue “con premura”, sin oportunidad de despedida formal.
La jornada también incluyó un momento de tensión: el partido fue brevemente interrumpido por un incidente médico en la tribuna, aunque no se reportaron consecuencias graves.
Giménez se reincorporará al AC Milán este lunes 4 de agosto para iniciar la pretemporada. Su debut oficial en la Serie A será el 23 de agosto ante el Cremonese, en San Siro.
Santiago se fue como llegó: con humildad, goles y gratitud. Y aunque su camino ahora está en Italia, en Rótterdam siempre tendrá un lugar reservado en la memoria colectiva del Feyenoord.