Luis Rubiales es condenado a pagar multa por beso a Jenni Hermoso
El ex presidente de la Federación Española de Futbol (RFEF), Luis Rubiales, fue condenado este jueves al pago de una multa de 10 mil 800 euros (11 mil 300 dólares) por el delito de agresión sexual, tras el beso no consentido que le impuso a la jugadora Jenni Hermoso durante la celebración del Mundial Femenino 2023. Sin embargo, Rubiales fue absuelto del delito de coacciones, al igual que los otros tres acusados: el ex seleccionador Jorge Vilda y dos ex dirigentes de la RFEF.
El tribunal de la Audiencia Nacional emitió un fallo en el que condenó a Rubiales a 18 meses de multa, con una cuota diaria de 20 euros, por el beso que dio a Hermoso sin su consentimiento durante la ceremonia de entrega de medallas. Además, se le impuso una orden de alejamiento que le prohíbe acercarse a la jugadora en un radio de 200 metros y comunicarse con ella durante un año.

La fiscalía había solicitado inicialmente una pena de dos años y medio de prisión para Rubiales: un año por agresión sexual y un año y medio por coacciones, debido a las presiones ejercidas sobre Hermoso para que minimizara el incidente. Sin embargo, el tribunal absolvió a Rubiales y a los otros acusados del delito de coacciones, considerando que no hubo intimidación suficiente para configurar este cargo.
Jenni Hermoso, actual delantera del Tigres de México y símbolo de la lucha contra el sexismo en el deporte, testificó durante el juicio que el beso fue “no consentido” y que se sintió “poco respetada”. Relató que, tras el incidente, recibió “incontables” solicitudes desde la RFEF para que se pronunciara públicamente y restara importancia al hecho.
Por su parte, Rubiales declaró estar “totalmente seguro” de que Hermoso había consentido el beso, afirmando que ella respondió “vale” cuando le preguntó si podía darle “un besito”. Su abogada, Olga Tabau Martínez, argumentó que la conducta de Rubiales fue “inadecuada” pero no “delictiva”, y negó cualquier tipo de coacción o intimidación hacia la jugadora.
El caso generó un amplio debate en España y a nivel internacional sobre el acoso y la falta de respeto hacia las mujeres en el ámbito deportivo. Hermoso se convirtió en un ícono de la lucha por la igualdad y el respeto en el futbol, y su testimonio fue clave para que el tribunal determinara que el beso fue “no consentido”.
La condena a Rubiales marca un precedente importante en la lucha contra el sexismo y el abuso de poder en el deporte. Aunque no recibió una pena de prisión, la multa y las medidas restrictivas impuestas reflejan la gravedad de los hechos y el impacto que tuvieron en la jugadora.
Además de la multa y la orden de alejamiento, la condena supone un golpe significativo a la reputación de Rubiales, quien ya había renunciado a su cargo en la RFEF tras el escándalo. Este fallo judicial cierra un capítulo polémico en la historia del futbol español, pero también abre la puerta a una mayor concienciación sobre la necesidad de respetar los límites y garantizar un entorno seguro para las deportistas.