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Premier League

Amorim toma aire tras un partido loco en Old Trafford

El estratega portugués y el Manchester United superaron al Chelsea
20/09/2025 17:09

LONDRES._ El Manchester United venció 2-1 al Chelsea en Old Trafford en un partido marcado por las expulsiones de Robert Sánchez en el minuto 5 que condenó a los ‘blues’ y la posterior roja de Casemiro para el conjunto local.

El triunfo da aire al técnico Rubén Amorim, que logró su segunda victoria en la Premier y alivia la presión sobre su banquillo.

El primer aviso del United llegó nada más comenzar, en el minuto 3, cuando un cabezazo de Bryan Mbeumo encendió a una grada volcada con los suyos.

Dos minutos después se produjo la jugada clave originada en un balón aéreo que Sesko ganó a Chalobah y que dejó solo a Mbeumo frente a Robert Sánchez, quien salió a destiempo, cometió falta y fue expulsado por ser último defensor.

Con un hombre más, el United se volcó sobre el área rival y no tardó en abrir el marcador. En el 15, un centro de Mazraoui fue cabeceado por Diallo hacia Bruno Fernandes, que, habilitado por la pierna de Chalobah, definió de primeras en el área pequeña para el 1-0.

El dominio local fue absoluto y la recompensa volvió a llegar en el 37 con un saque de esquina rechazado por Reece James que cayó alto en el área donde Shaw prolongó de cabeza y dejó el balón servido a Casemiro, que marcó también de cabeza para el 2-0.

Cuando el partido parecía controlado plácidamente por los de Amorim, en el minuto 51 —tras nueve de añadido— Casemiro vio la segunda amarilla y dejó al United con diez jugadores.

La segunda mitad mantuvo el guión bronco del cierre del primer tiempo con continuas interrupciones.

Cuando parecía que el equipo local iba a conservar la ventaja sin sobresaltos, el Chelsea encontró premio en un balón parado.

En el tramo final, Enzo Fernández ejecutó un saque de esquina en corto, James centró al punto de penalti y Chalobah apareció para cabecear y recortar distancias en lo que fue el primer tiro a puerta visitante.

Con diez minutos aún por disputarse, el desenlace quedaba completamente abierto, con Old Trafford en tensión y un Chelsea lanzado en busca del empate, el cual no llegó.