‘Ya sé dónde ir a llevarle flores y platicar con él’: Reyna recuerda a su hijo ‘Rayito’
CULIACÁN._ Reyna honra la memoria de su hijo Rayito con los objetos que más lo representaban: un Pikachu de peluche que era su favorito, un osito de peluche hecho con una playera de él y sus calcetas favoritas con estampados alusivos a su artista favorito, Bob Marley. Cada objeto es un recuerdo vivo de él que tiene su lugar en su cuarto, tal como lo dejó.
Este 30 de agosto, Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, Reyna Torrecillas honra la memoria de su hijo, Eleazar Guadalupe Hernández Torrecillas, a quien todos conocían con cariño como “Rayito”, el menor de sus cinco hijos.

El joven tenía solo 22 años cuando fue privado de la libertad y posteriormente encontrado sin vida en Jalisco. Nacido en Estados Unidos y criado en Culiacán, su vida giraba en torno a su pasión más grande: el baile y la danza urbana.
“Bailar era su vida y su pasión”, relata su madre.
“Rayito” había estudiado en Culiacán y era conocido por su carisma, su talento y la alegría que compartía con quienes lo rodeaban.
El 14 de diciembre de 2017 viajó rumbo a Ciudad Guzmán, Jalisco, para participar como juez en un concurso de baile que se celebraría el 16 de diciembre de ese mismo año. “Rayito” llegó un día antes, es decir, el 15, y fue que se comunicó con su madre para avisarle de su llegada; al día siguiente, el día del evento, antes de que este concluyera a las 08:00 p.m., tuvieron una última llamada.

Reyna intentó comunicarse con el joven sin éxito desde esa hora hasta las 03:00 de la mañana del 17 de diciembre. Supo que había regresado al lugar donde se hospedaba con dos amigos.
Al día siguiente le notificaron que un grupo armado había agredido a los jóvenes y que “Rayito” fue al único que se llevaron. Fue privado de la libertad el 16 de diciembre y su cuerpo apareció tres días después, el 19, en una brecha de Tlajomulco de Zúñiga.
Gracias al acompañamiento de María Isabel Cruz, fundadora del colectivo Sabuesos Guerreras, Reyna pudo establecer contacto con un grupo de búsqueda en Guadalajara llamado Amor por Ellos.

El 19 de diciembre, a las 06:00 horas, fue localizado un cuerpo sin identificar en una brecha de Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco. Las autoridades lo mantuvieron un tiempo en un tráiler refrigerado y, en mayo, lo trasladaron a la fosa común. No fue sino hasta agosto cuando notificaron que las características coincidían con las de “Rayito”: 22 años, delgado, con el cabello largo y tatuajes.
El cuerpo había sido ingresado al Servicio Médico Forense desde el 19 de diciembre, solo tres días después de su desaparición.
A pesar de que la familia acudió a la Fiscalía en busca de información y justicia, no obtuvieron respuestas.
“Hasta la fecha nunca he tenido ni respuesta, ni justicia, ni nada”, comenta Reyna.
Pasaron 8 meses y 12 días. Finalmente, el 13 de septiembre de 2018, “Rayito” llegó Yabavito, en Navolato, donde fue velado.

“Desgraciadamente, lo bueno es que yo ya encontré a mi hijo, no como yo quería encontrarlo, pero pues gracias a Dios ya lo encontré. Ya sé dónde lo tengo y él ya está descansando en paz”, dice Reyna con serenidad.
La madre del joven conserva muchos recuerdos de su hijo, especialmente los videos donde bailaba, reía y compartía con amigos.
“No me dejó hijos, pero me dejó muchos recuerdos muy, muy bonitos”, comenta. Fue su hermano mayor quien lo apodó “Rayito”, en honor a su propio apodo, el Rayo.

Hoy, Reyna no solo lo recuerda con amor, también se siente parte de una red de madres, hermanas y esposas que han vivido el mismo dolor y angustia.
“Yo sé que mi dolor es su dolor, y el dolor de ellas es mi dolor, porque pues estamos viviendo lo mismo... Unas por hijos, otras por esposos, otras por hermanos, pero pues obvio un hijo, pues es lo máximo”, comparte.
En esta fecha de memoria, Reyna no olvida. Y aunque no obtuvo justicia, sí logró lo que muchas madres aún esperan: saber dónde está su hijo.
“Ya sé dónde ir a llevarle flores, a platicar. Ya está descansando, ya sé dónde lo tengo, ya sé dónde estar con él un rato, de perdida”.