Seguridad ciudadana y democracia en México: propuesta para salir de la crisis que alimenta la crisis

18/06/2025 04:02
    La crisis de violencias, delincuencia e impunidad en México alimenta a la propia crisis, porque la mayoría de las respuestas ofrecidas, exigidas y apoyadas son fallidas. Si no se produce un cambio profundo de rumbo, el deterioro de la convivencia y de nuestros derechos fundamentales continuará avanzando con efectos devastadores.

    La prolongada crisis de violencias, delincuencia e impunidad en México -y en buena parte de América Latina- es, sin duda, grave. Pero lo más preocupante es que sus consecuencias pueden ser aún más destructivas, no sólo para la seguridad, sino también para las posibilidades mismas de la democracia. La crisis alimenta a la propia crisis porque la mayoría de las respuestas ofrecidas, exigidas y apoyadas son fallidas. Si no se produce un cambio profundo de rumbo, el deterioro de la convivencia y de nuestros derechos fundamentales continuará avanzando con efectos devastadores.

    Como resultado de una colaboración entre el Diálogo Interamericano y el Programa de Seguridad Ciudadana de la IBERO CDMX -que incluyó una exhaustiva investigación de reportes oficiales e independientes, así como una mesa de diálogo con múltiples sectores- acabamos de publicar el informe México: Seguridad Ciudadana y Democracia.

    Este esfuerzo forma parte de un ejercicio regional que Diálogo Interamericano ha realizado también en Uruguay, Guatemala, Brasil, El Salvador, Ecuador, Honduras y Colombia. Y quizá deberíamos haber entendido ya que la peor noticia son los motores que oxigenan a esta crisis que, por su persistencia y normalización, ha llegado a ser descrita como una “crisis sin crisis” (Crisis o Apocalipsis, Dayán y Sicilia, Taurus, 2025).

    En este informe reivindicamos la urgencia de reconstruir la política de seguridad a partir de la reunión de saberes especializados -disciplinares y no disciplinares- guiados por una sola pregunta: ¿qué funciona realmente para la seguridad ciudadana, con base en evidencia?

    En su primera parte, el informe organiza una gran cantidad de datos que muestran que se hace mucho... sin conseguir los resultados una y mil veces prometidos por los gobiernos. La militarización acompaña -y perpetúa- la crisis; la violencia institucional desproporcionada es masiva; el sistema penal se ahoga en su propia descomposición; la atención a víctimas se basa en un diseño institucional sumamente deficiente, y la reforma judicial actual multiplica los riesgos para seguir debilitando el Estado de derecho.

    A modo de lecciones aprendidas, el informe puntualiza el daño generado por la macrocriminalidad, la gobernanza criminal, las desapariciones forzadas, la obsolescencia del modelo de seguridad pública, el centralismo en tensión con las realidades locales, la desarticulación institucional, las asimetrías presupuestales, las reformas regresivas en materia de derechos humanos, la precariedad de las fiscalías, el debilitamiento de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y, de manera transversal, la resistencia institucional y social al aprendizaje. Esta última se expresa de forma escandalosa en la casi total inexistencia de prácticas oficiales de evaluación de impacto.

    Sin embargo, el informe también traza una ruta posible a través de lineamientos estratégicos centrados en la reducción de homicidios, el control de armas, la política de drogas, el redireccionamiento del Sistema Nacional de Seguridad Pública y del sistema penal, el impulso a la innovación desde lo local, y la regulación adecuada del apoyo militar como subsidiario al liderazgo civil.

    Este reporte merece una lectura completa para dimensionar su enfoque integral, sustentado en decenas de recomendaciones orientadas a la reconstrucción, desde la redefinición misma del concepto de seguridad. Esta investigación reconoce la inercia de un enfoque de endurecimiento que promete seguridad a costa de derechos, hasta llegar al punto de colapso democrático. Y se le opone: apuesta por una seguridad distinta. Una seguridad que, en democracia, sólo puede entenderse como una cláusula de habilitación para crear entornos protectores basados no en la restricción, sino en la ampliación de las condiciones para el ejercicio de los derechos fundamentales.

    Portada del informe México: Seguridad Ciudadana y Democracia, una colaboración entre el Diálogo Interamericano y el Programa de Seguridad Ciudadana de la IBERO CDMX.

    Insistimos en la urgencia de activar los mecanismos existentes de rendición de cuentas y de crear otros de naturaleza híbrida -público / privada- que permitan generar controles internos y externos al Estado, eficaces y de operación simultánea.

    En México, y en América Latina entera, la democracia se erosiona desde sus cimientos, en gran medida debido a la convergencia política y social que favorece un endurecimiento que equivale a un auténtico salto al vacío. Reconstrucción o desbordamiento: esa es la disyuntiva.