Como estos gobiernos de la 4T no han podido (y en algunos casos, no han querido) solucionar los muy graves problemas de México, tiene como deporte favorito buscar (y los encuentran) a quién o a quiénes culpar, con la lamentable consecuencia de que toman decisiones y hasta crean políticas para “castigar”, eliminar o neutralizar a esos supuestos “culpables”, deteriorando así lo que debiera ser el buen gobierno, el orden y el estado de derecho.
1. Ya todo México comenta que el “chivo expiatorio” favorito de AMLO, desde antes de ser Presidente de México, ha sido el ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa, a quien acusa de “haberle robado la elección para la Presidencia de la República en 2006”, elección que fue muy reñida, pero que fue calificada por el ahora Instituto Nacional Electoral, cuando este organismo sí tenía independencia del Gobierno, gracias a una adecuada estructura legal.
Todo el rencor de AMLO se dirigió a Calderón, pero también fue creando los cambios legales necesarios para “sujetar” al Instituto Electoral para que actuara según las intenciones y decisiones del Ejecutivo, cosa que, todo indica, ya ha logrado el régimen actual de Sheinbaum. Pero además, como el ex Presidente Calderón sí cumplió su obligación constitucional de proteger a la ciudadanía de los daños que estaba causando la delincuencia, decidió utilizar la fuerza del Ejército Mexicano ante la falta de una suficiente Policía Ministerial federal, además de que, en varios estados las mafias se habían infiltrado en el ámbito gubernamental. El resultado fue la aprehensión de varios de los líderes criminales, lo que dio origen a las luchas internas entre los grupos delictivos. Esta política fue continuada a medias por el Presidente Peña Nieto y costó la muerte de delincuentes y de soldados y policías. Este ha sido el segundo pretexto para vengarse de Calderón, culpándolo de todo lo que no pudo lograr con su política nefasta de “abrazos no balazos”, que nos llevó a un sexenio de casi 200 mil homicidios, el incremento de la violencia y la formación de carteles internacionales de narcotráfico.
2. Pero también la 4T ha tenido otros “culpables”, comenzando con el “PRI-AN” por haberlo enfrentado electoralmente, políticamente e ideológicamente, por sus políticas y sus reformas legales tendientes a centralizar el poder, pues al ya controlar al Legislativo con la fuerza de la cuestionada mayoría de su partido Morena y ahora con la “eliminación” del Poder Judicial que se había opuesto al control del Ejecutivo y que quedó en manos de personas controladas por el Gobierno, gracias a una supuesta elección que fue una burla grotesca para el pueblo de México, que desgraciadamente ha quedado sujeto con el reparto de los recursos federales en pensiones, becas y “ayudas” a propios y extraños.
3. Igualmente son “culpables” los empresarios (no todos), porque se defienden de las “leyes” contra la libertad de empresa y contra los abusos del fisco, que se ha convertido en auténtico extorsionador contra quienes legalmente se defienden para pagar sólo lo que la ley lo obliga, de acuerdo con la Constitución.
4. Ahora tiene otros culpables, pero que no puede controlar, como el Presidente Trump y su gobierno, que ha obligado a la Presidenta Sheinbaum a perseguir, aprehender y, en su caso, extraditar a los miembros más notorios de los cárteles del narcotráfico, que AMLO había consentido y permitido su expansión nacional e internacional. Ahora, el Ejército Mexicano prácticamente está bajo los criterios y las órdenes ocultas de la DEA y del Ejército estadounidense, pues como declaró Trump: “México hace lo que nosotros le decimos”.
5. Otros culpables son los medios de comunicación, desde luego la prensa escrita y la televisión, como la televisora Azteca de Ricardo Salinas Pliego, con quien se tiene un conflicto personal, no sólo porque se defiende legalmente para no pagar los miles de millones de pesos que el fisco le cobra, sino porque inicialmente el señor Salinas era favorable a este gobierno de la 4T y se le ve como traidor. Igualmente “culpable” es el periódico Reforma y El Norte, de Monterrey, que constantemente denuncian y ponen en evidencia los errores, excesos e ignorancias de los gobernantes con sus graves consecuencias para los mexicanos.
6. Se consideran culpables también los conservadores, los investigadores y científicos, los corruptos (los de afuera, no los de adentro), la prensa extranjera, los delincuentes presos en Estados Unidos que están “cantando” en sus acuerdos con las autoridades, etc., etc.