Escalada contra el sistema empresarial

17/05/2025 04:02
    El sistema empresarial mexicano tendría que estarse organizando y preparando para mitigar o neutralizar las políticas adversas del Gobierno, las malas intenciones del Presidente Trump, las consecuencias de la inseguridad y hasta del cambio climático.

    Ya desde los tiempos del ex Presidente López Obrador fueron evidentes las políticas, decisiones y expresiones francamente socialistas del Gobierno, que desgraciadamente ha continuado su “pupila” Claudia Sheinbaum. Esto en parte ha conducido a las desavenencias y conflictos con el Gobierno de Estados Unidos, de lo que se ha aprovechado el Presidente Trump para sus exigencias en materia de seguridad, de migración y de economía, lo que ha obligado a las autoridades mexicanas a doblegarse y aceptar, con razón o sin ella, sus “órdenes ejecutivas”, más lo que todavía falta al revisarse el Tratado de Libre Comercio.

    La tendencia socialista del gobierno se refleja también en México con los múltiples signos ominosos contra empresas y empresarios, que cada día pareciera que se les quiere “acorralar”:

    - El incontenible avance del Gobierno para controlar al Poder Judicial, con lo que prácticamente se invalida el derecho a una justicia imparcial y de acuerdo a Derecho.

    - Las múltiples reformas legales en cuanto a la actuación de las autoridades judiciales, con las que se ha ido perdiendo el derecho a disentir, a expresarse con libertad y lo que es peor, se debilita la garantía constitucional de amparo.

    - Con la “embestida fiscal” con amenazas de “o pagas ya, o se bloquean las cuentas de cheques o bien se aplica la prisión preventiva por fraude o evasión fiscal”.

    - Con los incrementos a los salarios mínimos y generales por encima de la inflación, sin medir las consecuencias económicas de competitividad y sus efectos inflacionarios.

    - Con la falta de inversión pública en obras productivas y de auténtico beneficio social, con las que se debiera estimular la economía.

    - Ante políticas que no benefician la inversión privada, sobre todo en las áreas energéticas, industriales, de exportaciones y de sustitución de importaciones.

    - Ante la falta de mantenimiento de carreteras, puertos e instalaciones aeroportuarias que faciliten y abaraten el libre tránsito de mercancías.

    - Ante la falta de control de los carteles y del narcotráfico que está ocasionando el cierre de empresas, la caída del consumo interno, el ausentismo laboral y de la economía en general.

    - La muerte de miles de mexicanos, los miles de desaparecidos, de miles de heridos y de miles de personas detenidas.

    - Ante una inseguridad desmesurada, que ahuyenta la inversión extranjera y se debilita la posición de México para la revisión del Tratado México-Estados Unidos y Canadá.

    - Ante los exagerados aranceles de Trump que violan los acuerdos del TMEC y mantienen al Gobierno y a los empresarios en una intranquila suspensión de nuevas inversiones y hasta de su permanencia en México.

    - Trump está cumpliendo varias de sus amenazas, como son el bloqueo al ganado mexicano por “el gusano barrenador”, la exigencia de agua en forma inmediata para los agricultores de Texas, el arancel al tomate, el bloqueo de las fronteras, norte y sur, y con la “aceptación” por parte de México de convertirse en “país seguro” para los migrantes extranjeros.

    - Con la intromisión militar de E.U. en México, en su espacio aéreo, sus límites marinos y la cada vez más evidente presencia de agentes y militares estadounidenses.

    - Y finalmente, con la exigencia de reducir su déficit fiscal en el mercado exterior entre México y Estados Unidos.

    Todo lo anterior le pega directamente al sistema empresarial mexicano, no solo al Gobierno y habría que agregar las consecuencias de la falta de atención al cambio climático que dificultan la producción y la productividad y por lo tanto, la competitividad de las empresas mexicanas frente a las extranjeras, como son:

    - La sequía generalizada y la falta de políticas para el cuidado del agua.

    - La caída inminente de la agricultura y la ganadería, tanto de la que exporta como la de consumo nacional, por falta de agua.

    - La caída en la pesca por la explotación excesiva, la falta de respeto a las vedas, especies protegidas y sin la tecnología adecuada.

    - El riesgo de una caída en la actividad turística por la inseguridad.

    Ante este triste panorama, el sistema empresarial mexicano tendría que estarse organizando y preparando para mitigar o neutralizar las políticas adversas del Gobierno, las malas intenciones del Presidente Trump, las consecuencias de la inseguridad y hasta del cambio climático. Este tema se seguirá tratando en la próxima columna.