para el dolorzón
El Gobierno de Sinaloa ha reaccionado tarde y a medias ante la crisis de violencia que sacude a Altata, en Navolato.
Tras el asesinato de la maestra Jesamel Rodríguez, el incendio de un hotel y ataques a la sindicatura y a una zona residencial, el Mandatario estatal Rubén Rocha Moya anunció un plan integral de apoyo que, aunque bien intencionado, refleja la precariedad de la seguridad y la gestión preventiva en el estado.
Que dependencias como Turismo, Economía, Bienestar, Seguridad, el DIF y Protección Civil acudan a la zona para entregar despensas y “acompañar” a negocios no es suficiente frente a la magnitud de los hechos.
El riesgo que enfrentan comerciantes y familias no desaparece con una campaña de promoción turística ni con visitas a la luz del sol; requiere estrategias de seguridad reales, presencia policial constante y prevención sostenida.
El énfasis en la atención intersecretarial, que se ha visto también en crisis anteriores como en Juan José Ríos, muestra que la administración actúa sólo cuando los problemas escalan a tragedias públicas. Esto deja al descubierto la falta de un plan de seguridad económica y social preventivo que proteja a los ciudadanos antes de que la violencia y el caos golpeen de manera tangible.
Altata necesita medidas de fondo: vigilancia permanente, coordinación entre autoridades locales y estatales, y políticas económicas que sostengan a los negocios más allá de la entrega de apoyos inmediatos. Lo demás, como campañas de difusión mediática o “acompañamiento” de funcionarios, son parches que maquillan la crisis sin resolverla.
En suma, el anuncio del Gobernador es positivo en la intención, pero esperamos que no sea demasiado tarde para quienes ya han perdido seguridad, patrimonio y confianza.
La pregunta que queda en el aire es: ¿este plan se convertirá en soluciones reales y duraderas, o sólo en otra intervención simbólica que atiende el daño cuando ya es demasiado evidente?
Así deben pensar ahorita los vecinos de otros pueblos y destinos turísticos regionales que están más abandonados por las autoridades que Tarzán por sus padres en el monte, después de que según todo lo que les prometieron.
Con todo y esos distintivos de Pueblo Señorial, pues los grupos armados y las facciones del narcotráfico siguen usando estos lugares como puntos de tránsito y descanso, y de pronto para agarrarse a topones o de cualquier forma.
El chiste es que de lugares como Imala, pues ya nadie habla ni se tiene el interés de recobrar, porque ya saben que está muy peludo el asunto.
Nos da tristeza porque pensamos por mucho tiempo que el amor que le agarramos al pueblito enclavado en la sierra culiacanense ya era parte de nuestros domingos y su gastronomía algo que podríamos presumir a los visitantes que cuestionaban sobre qué o cómo comíamos los culiacanenses.
Las rutas también eran un buen marco para quien viajara en Razer, en motocicletas o el bicicletas, porque en esta temporada, justo cuando los cerros están más verdes, mejor se puede apreciar el contraste del barro rojo de los ladrillos de iglesia imaleña.
Ni Pedro, dijo Pablo.
A esperar un milagro a ver si podemos recuperar la magia de Imala.
Antes que nada, explicamos que el titular no tiene nada qué ver con nuestra personaje, sólo nos interesó el tono de lo que siempre escuchamos desde niños con esa frase lapidaria cada vez que Spider Man estaba en problemas.
Y justo después del cambio que hizo el Gobernador Rubén Rocha Moya, quien está en problemas es la ex Alcaldesa de Navolato, Margoth Urrea Pérez.
No hay que ser un erudito para ver que el potencial político de la Margoth ya está en lo rojito, y desde hace rato en las rayas de la reserva.
Por eso es que llegó, con un grupo de seguidoras, desde la Presidencia Municipal de Navolato a la Subsecretaría de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Pero Margoth no parece ser de esa raza que tenga carisma ni tampoco un arrastre político por sí misma.
Hay que recordar que llegó a la Alcaldía luego de que Morena se montó en su macho y le cerró las puertas para una reelección a uno de los mejores presidentes municipales que ha tenido Navolato, Eliazar Gutiérrez Angulo, quien llegó por el Partido del Trabajo.
La triquiñuela fue que le torcieron el rabo a la puerca cuando decidieron que fuera mujer el candidato de Morena en el pueblo cañero y decidieron enterrar el proyecto de Eliazar, quien había cultivado una buena relación con los navolatenses, gracias a su omnipresencia y la solución de problemas ancestrales de manera inmediata.
Pues parece que el tufo de Margoth, que aparte ya desde hace tiempo la traen en redes con mitotes de sus relaciones con gente del crimen organizado, por supuestamente andar acaparando locales en el centro de Navolato y por portarse no tan buena onda, ya le enfadó al Gobernador y decidió darle las gracias, porque aprovechando los recientes cambios en su Gabinete, nombró a la maestra en Ciencias Eglé Margarita Hernández Grijalva.
Margoth seguro fue la menos indispensable de una dependencia que tiene muchos problemas por atender y programas que afinar.