El andamiaje que sostiene nuestro periodismo

31/08/2025 04:00
    El andamiaje que nos sostiene es claro, transparente, conocido y publicitado. Y no es que en el día a día no nos surjan dudas, claro que las hay y nos saltan de manera constante incluso a lo largo de la jornada diaria, pero ahí radica la importancia de nuestro marco normativo: ante la duda, consultamos, ya sea a un superior o a los propios documentos que nos rigen.

    Tanto hemos hablado de manera constante acerca del rigor periodístico, que podríamos pensar que es un concepto o muy simple o muy abstracto, y para los que ejercemos el periodismo no es ni lo uno ni lo otro, para nosotros es algo complejo pero que está basado en cuestiones muy tangibles.

    Encarrerados como andamos en los preparativos para la celebración de nuestro aniversario número 52, ya habíamos manifestado nuestra intención de dedicar en este espacio algunos artículos relacionados, y no podrían entenderse estas cinco décadas haciendo periodismo sin conceptos básicos que nos sostienen, nos guían y nos marcan la toma de decisiones.

    El andamiaje que nos sostiene es claro, transparente, conocido y publicitado. Y no es que en el día a día no nos surjan dudas, claro que las hay y nos saltan de manera constante incluso a lo largo de la jornada diaria, pero ahí radica la importancia de nuestro marco normativo: ante la duda, consultamos, ya sea a un superior o a los propios documentos que nos rigen.

    ¿Y cuáles son estos documentos? Está nuestro Código de Ética, nuestro Manual de Estilo, un Manual Web, un Manual de Diseño, los Protocolos para la cobertura y publicación de información relacionada con violencia y crimen organizado...

    Y por si fuera poco, nos regimos por los cánones de periodismo universal, el que está en los libros y el que marcan los expertos en cuanto a conceptos cambiantes, emergentes o simplemente que nos van surgiendo de acuerdo con el contexto actual, pero que en lo esencial siempre va acorde con el marco normativo ya establecido, con nuestros criterios y nuestros principios fundacionales.

    De hecho, entre tantas variables y escenarios cambiantes, en nuestro Código de Ética y nuestro Manual de Estilo están contenidas nuestras 10 reglas de oro, lo que llamamos el Decálogo institucional de Datemex y que nos interesa aquí ofrecerle:

    La introducción, dirigida a nuestros periodistas, dice textual: “Todo individuo que se precie de ser periodista tiene la obligación de mantener los más altos estándares éticos y profesionales. La labor periodística que usted realiza en Datemex lleva implícito un compromiso de proteger la credibilidad y la integridad de nuestra organización, reflejadas en principios éticos muy concretos reunidos en el siguiente Decálogo. Se trata de 10 ‘reglas de oro’ de cuyo cumplimiento depende no sólo la protección del individuo como persona, sino el respeto al derecho que tiene la sociedad en general de conocer la verdad sobre cualquier suceso”.

    Y a continuación enlista el Decálogo Noroeste:

    Ser honestos e independientes -económica y editorialmente- de intereses particulares, de gobierno o de grupo.

    Exponer los hechos y opiniones de interés público con exactitud, veracidad, plenitud, justicia, imparcialidad y oportunidad.

    Proporcionar/publicar información útil y positiva, y contribuir con ello a que la comunidad y los individuos tomen más y mejores decisiones.

    No fomentar ningún tipo de discriminación, evitando todo estereotipo racial, étnico y sexual.

    Respetar los derechos humanos de las personas, especialmente su vida privada, así como fomentar la cultura del respeto a la legalidad.

    Dar a conocer información a la que el público tenga derecho a conocer, con un compromiso permanente de buscar la verdad, conscientes de que donde existe controversia, rara vez hay acuerdo sobre lo que es verdad.

    Publicar las diferentes versiones en torno a una controversia.

    Permitir el acceso al periódico a las voces de los diferentes sectores, y ser la voz de quienes no la tienen.

    En toda denuncia, asumir que quien acusa tiene la obligación de probar lo que dice, y presumir que las personas acusadas son inocentes, mientras no sean condenadas.

    Aclarar o rectificar cuando se cometa un error informativo y garantizar el derecho de réplica.

    Estos 10 puntos son la base de todo nuestro andamiaje institucional en nuestra labor informativa.

    Por supuesto que los manuales y los documentos con los criterios contienen numerosos lineamientos, precisiones, indicaciones, y tal vez no todos los tenemos memorizados, pero para eso los tenemos a la mano, los consultamos de manera constante y nuestros periodistas más jóvenes los van dominando conforme va aumentando su experiencia con nosotros.

    La extensión de dichos documentos no es nada corta, tan sólo nuestro Manual de Estilo contiene 20 capítulos y cinco apéndices, todos desarrollados de manera amplia con un considerable número de puntos cada uno.

    Pero entre todo este mar de criterios, documentos, reglas, recomendaciones, en todas y cada una queda claro que la ética, el rigor periodístico y la credibilidad son elementos comunes en todo el manejo de nuestra información, independientemente de la plataforma digital o impresa que usemos.

    Tanto hemos hablado de manera constante acerca del rigor periodístico, que podríamos pensar que es un concepto o muy simple o muy abstracto, y para los que ejercemos el periodismo no es ni lo uno ni lo otro, para nosotros es algo complejo pero que está basado en cuestiones muy tangibles.

    Encarrerados como andamos en los preparativos para la celebración de nuestro aniversario número 52, ya habíamos manifestado nuestra intención de dedicar en este espacio algunos artículos relacionados, y no podrían entenderse estas cinco décadas haciendo periodismo sin conceptos básicos que nos sostienen, nos guían y nos marcan la toma de decisiones.

    El andamiaje que nos sostiene es claro, transparente, conocido y publicitado. Y no es que en el día a día no nos surjan dudas, claro que las hay y nos saltan de manera constante incluso a lo largo de la jornada diaria, pero ahí radica la importancia de nuestro marco normativo: ante la duda, consultamos, ya sea a un superior o a los propios documentos que nos rigen.

    ¿Y cuáles son estos documentos? Está nuestro Código de Ética, nuestro Manual de Estilo, un Manual Web, un Manual de Diseño, los Protocolos para la cobertura y publicación de información relacionada con violencia y crimen organizado...

    Y por si fuera poco, nos regimos por los cánones de periodismo universal, el que está en los libros y el que marcan los expertos en cuanto a conceptos cambiantes, emergentes o simplemente que nos van surgiendo de acuerdo con el contexto actual, pero que en lo esencial siempre va acorde con el marco normativo ya establecido, con nuestros criterios y nuestros principios fundacionales.

    De hecho, entre tantas variables y escenarios cambiantes, en nuestro Código de Ética y nuestro Manual de Estilo están contenidas nuestras 10 reglas de oro, lo que llamamos el Decálogo institucional de Datemex y que nos interesa aquí ofrecerle:

    La introducción, dirigida a nuestros periodistas, dice textual: “Todo individuo que se precie de ser periodista tiene la obligación de mantener los más altos estándares éticos y profesionales. La labor periodística que usted realiza en Datemex lleva implícito un compromiso de proteger la credibilidad y la integridad de nuestra organización, reflejadas en principios éticos muy concretos reunidos en el siguiente Decálogo. Se trata de 10 ‘reglas de oro’ de cuyo cumplimiento depende no sólo la protección del individuo como persona, sino el respeto al derecho que tiene la sociedad en general de conocer la verdad sobre cualquier suceso”.

    Y a continuación enlista el Decálogo Noroeste:

    Ser honestos e independientes -económica y editorialmente- de intereses particulares, de gobierno o de grupo.

    Exponer los hechos y opiniones de interés público con exactitud, veracidad, plenitud, justicia, imparcialidad y oportunidad.

    Proporcionar/publicar información útil y positiva, y contribuir con ello a que la comunidad y los individuos tomen más y mejores decisiones.

    No fomentar ningún tipo de discriminación, evitando todo estereotipo racial, étnico y sexual.

    Respetar los derechos humanos de las personas, especialmente su vida privada, así como fomentar la cultura del respeto a la legalidad.

    Dar a conocer información a la que el público tenga derecho a conocer, con un compromiso permanente de buscar la verdad, conscientes de que donde existe controversia, rara vez hay acuerdo sobre lo que es verdad.

    Publicar las diferentes versiones en torno a una controversia.

    Permitir el acceso al periódico a las voces de los diferentes sectores, y ser la voz de quienes no la tienen.

    En toda denuncia, asumir que quien acusa tiene la obligación de probar lo que dice, y presumir que las personas acusadas son inocentes, mientras no sean condenadas.

    Aclarar o rectificar cuando se cometa un error informativo y garantizar el derecho de réplica.

    Estos 10 puntos son la base de todo nuestro andamiaje institucional en nuestra labor informativa.

    Por supuesto que los manuales y los documentos con los criterios contienen numerosos lineamientos, precisiones, indicaciones, y tal vez no todos los tenemos memorizados, pero para eso los tenemos a la mano, los consultamos de manera constante y nuestros periodistas más jóvenes los van dominando conforme va aumentando su experiencia con nosotros.

    La extensión de dichos documentos no es nada corta, tan sólo nuestro Manual de Estilo contiene 20 capítulos y cinco apéndices, todos desarrollados de manera amplia con un considerable número de puntos cada uno.

    Pero entre todo este mar de criterios, documentos, reglas, recomendaciones, en todas y cada una queda claro que la ética, el rigor periodístico y la credibilidad son elementos comunes en todo el manejo de nuestra información, independientemente de la plataforma digital o impresa que usemos.