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"POESÍA"

"Tocar el corazón con poesía"

"Después de 12 años de ausencia en las letras, Rosa María Peraza regresa para que sea su poesía su mejor carta de presentación"
14/11/2015 11:16

    CULIACÁN._ Los poetas escriben porque tienen que hacerlo. No existe más explicación. Rosa María Peraza así lo ha hecho, aunque un silencio de 12 años la mantuvo alejada de la escritura. 

    Todo ese tiempo reprimió sus pasiones creativas. La crítica la había 'golpeado'. Estaba en un momento sensible y decidió hacerse a un lado para madurar y revalorizar la encomienda que he la había sido dada: escribir. 

    Y es que de otra manera no se explica su regreso al camino de las letras, el mismo que se ha recorrido desde su infancia, cuando influencia su hermana, la actriz Carmen Beatriz, conoció el mundo del arte. 

    Nadie en casa hablaba de ese tema, incluso asustaba, en el Culiacán de antaño ser amante de las manifestaciones artísticas era casi un 'pecado'. 

    Aún así no sólo se atrevió a publicar, en 1970 su primer libro titulado A flor de piel. También a sumarse a las filas del teatro sinaloense con Óscar Liera. Peraza entonces supo que su vida no sería igual a la de otras.

    Tocar el corazón

    Iniciada en el mundo de la poesía con una propuesta intimista, misma con la que tocó temáticas sociales, de protesta, erotismo, ha buscado tocar al menos con la punta del dedo, el corazón de la gente. 

    "Yo me dejé llevar por la mala crítica que recibí sobre mi trabajo y dejé de escribir durante 12 años, pero esos años me sirvieron para madurar, crecer", señaló. 

    "Si he regresado es porque esto es algo fuerte, me fui 12 años, es porque Dios así lo ha decidido, es algo que no puedo evitar". 

    Peraza mencionó que no fue fácil retornar porque se sentía desenganchada, pero aquí está de nuevo con el libro El mismo camino. 

    "Todo poeta es más sensible de lo que la gente imagina y aunque eso sirve para crear también te golpea. El poeta escribe de lo que vive y de lo que viven los otros, el poeta es un gran ladrón de historias". 

    "Los poetas escribimos porque tenemos que hacerlo, así venimos de fábrica y aveces es una sola imagen que pescaste a la pasada te inspira".

    Los otros mundos

    Influenciada en un primer momento por la poeta Alba de Acosta, a Peraza, lo que la llevó a la escritura fue vivir en el suyo, y en otros mundos. 

    Desde niña empezó a escribir rimas a la bandera. En casa había una gran biblioteca, ahí leyó libros no aptos para su edad y escuchó las pláticas bohemias en casa, orquestadas por su hermana. 

    También le tocó presenciar el único recital que ofreció De Acosta, en el Auditorio Ruperto L Paliza de la Universidad de Sinaloa. 

    "Recuerdo perfectamente el escenario de ese recital, tenía un árbol grande con hojas de otoño y Margarita Bátiz, con un vestido blanco vaporoso arrancaba hojas del árbol y leía los poemas y los dejaba caer, eso me impactó, me marcó. Eso fue en los 50, yo debí de haber tenido 9 años", recordó. 

    "Eso fue mi piedra de toca, a lo mejor no entendí mucho de lo que se estaba diciendo, pero me sedujo el sonido de las palabras, el ritmo, la cadencia. Fue un descubrimiento, algo que no pude olvidar".

    La tarea: escribir

    Con el paso de los años empezó a escribir poemas, pero se quedaban en su cajón, incluso cuando se casó los tiró para que no se burlaran de ella. 

    "En ese tiempo no se usaba que las mujeres fueran inteligentes, incluso a los hombres todavía eso les pesa, pero yo seguí picando piedra, porfiando en eso, leyendo mucho, viendo lo que se había hecho y se estaba haciendo". 

    "Poco a poco se fueron dando las cosas. La poesía es una búsqueda que no tiene fin, porque siempre se está buscando la imagen, pescando las ideas al vuelo tratando de que no se vayan". 

    Madre de tres hijos, Peraza confesó que escribir era algo complicado. El machismo y las pocas oportunidades que tenían las mujeres, fueron retos a cumplir. 

    "Me ponía escribir cuando podía, pero tenía claro que el cochambre de la estufa me estaba esperando, pero siempre recordé que Inés Arredondo me dijo: 'nunca dejes que se te vaya la idea, estés haciendo lo que estés haciendo'. Fue una gran lección".

    La lucha de la poeta

    Cuando publicó su primer libro recordó que en casa fueron los primeros infartados, les preocupaba el qué dirá la gente. Fue muy criticada. Muchos pensaban que era una mujer frívola de sociedad. 

    No se detuvo y su producción literaria creció. Llegaron Cartas a Radován, Formas de viajar, Autorrequisa, hasta que silenció su voz. 

    "Dejó de escribir 12 años, me bloqueé emocionalmente, no me salía nada, por más que yo quisiera, pero la poesía a mí me había servido mucho para ver la vida con tranquilidad", apuntó. 

    "Durante todos estos años yo maduré, ahora gozo la vida, todo lo disfruto, voy a lo mío y el que viene atrás que arree porque yo voy en lo mío". 

    La también actriz formada en las filas del teatro dirigido por Óscar Liera, recordó que en sus primeros días como poeta fue atrevida: el erotismo se convirtió en uno de sus temas, quizás por eso la criticaron. 

    "Siempre tuve claro que el poema, debe volcar el alma y el corazón, incluso cuando escriba sobre experiencias ajenas, y es lo que quiero lograr con mi trabajo, fui muy atrevida por escribir pero eso me ha hecho ser lo que soy".
    "Mientras exista el mundo, habrá poesía y quien te llegué al corazón con una sola palabra. Yo quiero tocar los corazones con mi poesía". 

    Y esa poesía, la que ahora no la deja estar tranquila. De día y noche escribe. Lo hace como en antaño, de manera artesanal en una hoja en blanco, en que vuelca sus ideas. Peraza busca ser ahí directa, fuerte, esperanzadora. 


    "Todo poeta es más sensible de lo que la gente imagina y aunque eso sirve para crear también te golpea. El poeta escribe de lo que vive y de lo que viven los otros, el poeta es un gran ladrón de historias".

    Rosa María Peraza
    Poeta

    Agua bendita

    Es igual que el agua de beber.
    Moja como toda agua que se respete,
    pero hay en ella algo diferente
    que la distingue del resto:
    su poder tranquilizante.
    Una gota basta para hacer la diferencia.
    Todas las aguas mojan
    pero esta tiene el poder
    de la buena intención
    y eso lo cambia todo.