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Columna

El movimiento de la virgen de Schoenstatt

EVANGELIZACIÓN, EDUCACIÓN Y CULTURA
15/07/2025 14:29

    La necesidad de un refugio donde encontrar la fortaleza para seguir adelante, frente a las dificultades del diario acontecer, inspira a él presbítero José Kentenich, siguiendo el ejemplo de Bartolomé Longo, nacido en territorio italiano, quien después de su conversión formo un santuario de Nuestra Señora de Pompeya.

    Sin que hubiera una aparición de por medio, en 1876 nació la devoción a María de Pompeya, bajo la comprensión de establecer un compromiso se amor materno llevando a cabo el inicio de un proceso, que convertirá en apóstoles para transformar al mundo.

    Atravesando el periodo histórico, nació la devoción de Schoenstatt, en los días de la primera guerra mundial, buscando una respuesta a una necesidad, cuando en 1914 eran reclutados los jóvenes para incorporarlos al ejército. Surge el presbítero José Kentenich formando una alianza con la madre de Dios, con el compromiso de actuar, ellos, con María y de que María actuara con ellos.

    Surgió la advocación en Schoenstatt, no partiendo de una aparición o de una definición dogmática, sino de la búsqueda de experimentación de la presencia de la madre de Dios. Como cuando anteriormente, en el Siglo 16, frente a la reforma protestante, los miembros de marianos de la comunidad de Ingolstdt, en Baviera, Alemania, realizaron la defensa de la fe católica, cuando un ejército de fieles se dio a la tarea de perseverar ante los embates minar las bases de la fe.

    En 1930, con el ascenso de Hitler, el padre Kentenich lanzo varias críticas a al régimen Nazi, siendo arrestado y enviado a el campo de concentración de Dachau, pero esto le permitió divulgar la devoción a los prisioneros que estaban ahí recluidos. En 1945 fue liberado.

    Una vez libre se dio a la tarea de viajar para divulgar la devoción, lo cual fortaleció el movimiento, llevando la imagen de María a visitar establecimientos educativos y de servicio de salud.

    En 1949 el padre Kentenich hizo señalamientos a la iglesia alemana sobre el pensamiento teológico que pretendía separar a Dios con el mundo y con la humanidad, lo cual le ocasiono un exilio durante 14 años, de 1951 a 1965.

    Transformado el movimiento en una alianza consagración a María, bajo el título de la tres veces admirable, expresando que lo es por ser: En el primer título, Madre de Dios; En el segundo título, Madre del Redentor y Madre de los hombres, cuando vino la dictadura Nazi; En el tercer título, Madre Victoriosa, cuando fue separada su obra del contexto de la iglesia, por unos señalamientos que había expresado, entonces vino el Papa Paulo VI y su obra fue reintegrada en la iglesia.

    El padre Kentenich describe el movimiento como un enlace de corazones, de bienes y de intereses, para un crecimiento espiritual.

    María, por su parte, se fue mostrando como la ideal compañera, tanto de personas, como de naciones y de comunidades, para un compromiso con el Dios Trinitario.