Seamos realistas y hagamos lo imposible: Ernesto Guevara en bronce
El Che Guevara siempre será un asunto incómodo para bien y para mal. Especialmente para los políticos.
La discusión de la semana fue la remoción de su estatua de un parque de la Ciudad de México, donde compartía una banca con otro metálico Fidel Castro.
Por ahí vivió un tiempo el joven médico y se ganaba la vida como fotógrafo de niños en ese mismo parque. Sí, era un fotógrafo de plazuela.
La conspiración surgió en México con la tolerancia de los gobiernos de entonces, si no pregúntenle a Fernando Gutiérrez Barrios, que metió a Fidel y a otros a la cárcel y luego los dejó escapar.
Desde su muerte ya no hallaban qué hacer con el Che y se pasaban la bolita los de la CIA y el Ejército. Al final quedó su ejecución como una decisión del Presidente de Bolivia, René Barrientos, y no de su acérrimo rival, el Gobierno gringo.
Fue algo un poco inesperado, incluso el propio Che al ser detenido gritó: “No disparen, soy el Che Guevara, valgo más vivo que muerto”.
Sabía que una hábil negociación y la cobertura diplomática lo salvarían. Era una buena pieza de intercambio. Aunque también ya era una figura incómoda para Fidel por su proyecto de “hacer uno, dos, tres Vietnam en Sudamérica”: en ese momento Cuba se encontraba en distensión, luego del incidente de la Crisis de los Misiles.
Pero no se dio ninguna negociación y fue ejecutado ahí, mismo en la Quebrada del Yuro, dentro de una escuela, y ocultaron su cuerpo para evitar que se volviera su tumba un santuario. Antes, le cortaron las manos como evidencia.
No había las “extracciones” de ahora, pero ya se les daba el trato de Bin Laden a los enemigos del stablishment capitalista.
Sin embargo, se volvió mito esa foto en que está junto al agente de la CIA Félix Ismael Rodríguez, y como le han quitado la gorra, y tiene los cabellos tiesos, de estar tanto tiempo a la intemperie, su figura recordaba muchos a la de un Cristo con la corona de espinas.
Félix Ismael Rodríguez es todo un personaje. Estuvo metido luego en Bahía de Cochinos. Watergate, en el escándalo Irán Contras y hasta se dice que con la muerte del agente de la DEA, Enrique Camarena... Un amigo mío fue a arreglar un asunto hace poco en la Embajada gringa en París y allá se lo encontró, detrás de un elegante escritorio. Ahí vive, muy a gusto, premiado por sus aportes en el retorcido mundo del espionaje.
Si aquí en México, en la Ciudad de la Esperanza, se llevaron la escultura del Che con una pala mecánica, allá en Ñancahuazú su cuerpo fue atado dentro de una lona y amarrado al riel de un helicóptero para sacarlo de la selva. No se usó ningún ataúd o carroza fúnebre.
En 1969, el Presidente Barrientos falleció a causa de un accidente aéreo de helicóptero. La Maldición del Che.
El soldado que le pegó el tiro acabó viviendo en la Ciudad de México, está en silla de ruedas y hace poco recobró la vista gracias a un médico cubano de una misión de grandes.
Y ya de grande, este soldado había desarrollado asma: la enfermedad del doctor Ernesto Guevara de la Serna.
Hoy su figura es venerada y defenestrada. En Cuba su posición está incluso en entredicho por su papel muy agresivo al frente de los llamados tribunales revolucionarios, encabezados por él, donde se fusilaron a casi 500 disidentes políticos de un proceso enfocado a mil de ellos, los cuales se llevaron demasiado rápido. Ese quizá sea el mayor obstáculo para considerarlo un prócer total, aunque los marxistas siempre acuden a las llamadas “circunstancias históricas”.
Esa es la mayor mancha de Ernesto Guevara cuando fue jefe de la prisión militar de la Fortaleza de la Cabaña.
Según esto, Fidel Castro con el tiempo vio que esos juicios y ejecuciones fueron un error que dividió bastante al pueblo cubano y, por eso, aconsejó en privado y en su momento a Hugo Chávez y a los sandinistas de que “no fueran tan rápido como ellos”.
Quizas por eso el comandante Tomás Borge ordenó un perdón general a todos los miembros de la Guardia Nacional del dictador Anastasio Somoza. Tampoco Hugo Chávez efectuó una “purga” tan dura como la que se hizo en la Unión Soviética de Stalin y la Cuba de 1959.
Pero como él decía: Seamos capaces de alzar la voz cuando haya una injusticia. Aún a pesar de perderlo todo.
Y tratemos de aprender de esa experiencia lo positivo para aplicarlo y que no se vuelva a repetir todo lo negativo y destructor.