Sabiduría de la sencillez

ÉTHOS
28/08/2025 04:00
    Al fin el espíritu de rectificación rondó en los discursos de Rector y Gobernador ahuyentando a los fantasmas del modelo retrógrado de Universidad-rehén, Universidad partido. Tanta reingeniería financiera, académica, administrativa, normativa y de vinculación, avalada por la comunidad universitaria y el cordón umbilical de ésta con los grandes sueños de los sinaloenses.

    La persona sencilla resulta la más sabia; en cambio, la soberbia piensa que cualquier éxito se debe a su valía y prestigio, perdiendo de mira la sencillez con que debe realizar su tarea.

    Esta situación la vivieron los 72 discípulos que Jesús envió, según se narra en el capítulo 10 de Lucas. Regresaron rebosantes de alegría por el éxito que habían alcanzado, y le dijeron: “Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre”. Jesús respondió: “Miren, les he dado todo poder para pisotear serpientes, escorpiones y todo el poder del enemigo, y nada les hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se les someten los espíritus; estén alegres porque sus nombres están inscritos en el cielo”.

    En su libro, Javier Cercas comentó que Paolo Ruffini, un prestigioso periodista de Italia, trabajó en muchos medios informativos hasta que lo invitaron a dirigir TV2000, televisión católica. Sin embargo, pasado un tiempo, nunca esperó recibir una llamada telefónica del Papa Francisco. Se le ocurrió que, tal vez, lo reprendería por algún error. Sin embargo, lo citó a su oficina e invitó a convertirse en el primer laico que dirigiera el Dicasterio para la Comunicación.

    Durante la pandemia, se le ocurrió a Ruffini pedir al Papa que permitiera transmitir su misa diaria en Santa Marta. Lo permitió y el rating subió rápidamente, al grado que hasta la RAI (Radiotelevisión italiana) pidió permiso para retransmitirla y contagiarse de ese éxito.

    Al término de la pandemia, Ruffini pidió permiso para seguir transmitiéndola y el Papa le dijo que no, por más que le insistió. El Pontífice fue claro: “Porque yo no debo ser el párroco del mundo: es bueno que la gente vuelva a su parroquia y se reencuentre con su sacerdote”.

    ¿Vivo con sabia sencillez?