México ante el espejo: economía, diplomacia y gobernanza en una nueva realidad

28/07/2025 04:01
    “La política significa una lucha por el poder, o por influir en la distribución del poder, ya sea entre Estados o dentro de un Estado”._ Max Weber
    El espejo frente al que hoy se encuentra México refleja no solo avances y desafíos, sino también omisiones. Aún hay margen para corregir el rumbo, pero hacerlo exige voluntad política, claridad técnica y sentido histórico.

    México atraviesa un momento de definiciones cruciales. Los desafíos internos y externos que enfrenta exigen una revisión profunda del rumbo político, económico y diplomático del país.

    El entorno global ha cambiado, y con él, nuestras políticas públicas deben transformarse. Insistir en gobernar con recetas del pasado, amparados en la popularidad o en la nostalgia de modelos anteriores, implica desconocer la complejidad del presente y, aún peor, comprometer el porvenir.

    La realidad nacional demanda una nueva lectura a partir de tres ejes esenciales: economía, diplomacia y gobernanza.

    Economía: populismo y fragilidad fiscal

    El discurso oficial insiste en que México avanza, pero los datos cuentan otra historia: bajo crecimiento, caída de la inversión productiva, creciente dependencia del gasto público y un evidente deterioro en las finanzas del Estado.

    El presupuesto ha dejado de ser un instrumento de desarrollo para convertirse en herramienta de control político, lo que debilita la capacidad del Estado para impulsar el crecimiento económico.

    El poder se ha anclado en la entrega de programas sociales como fuente de legitimidad, sin garantizar su sostenibilidad ni traducirlos en verdadera movilidad social y posterga la construcción de un modelo económico inclusivo.

    A esto se suma la pérdida de confianza en el marco jurídico y la falta de incentivos para el sector productivo.

    La economía mexicana necesita algo más que subsidios. Requiere condiciones estables, certeza jurídica, infraestructura funcional y un sistema fiscal moderno y equitativo.

    Persistir en un modelo centrado en el clientelismo equivale a perpetuar una fragilidad estructural que ya resulta inocultable, por lo que de no haber un viraje hacia políticas de Estado de reglas claras e instituciones sólidas se corre el riesgo de que el país quede entrampado en un escenario de precaria legitimidad y bajo crecimiento económico.

    Diplomacia: de la reacción
    a la estrategia

    La segunda administración de Donald Trump en Estados Unidos representa un escenario especialmente turbulento para México.

    En este contexto, Trump ha recurrido a los aranceles como instrumento de presión para imponer su agenda, amenazando con medidas económicas si no se atienden sus demandas en temas sensibles para la relación bilateral como la migración y el combate al narcotráfico.

    En su carta del 11 de julio dirigida a la presidenta Claudia Sheinbaum, escribió: “Me ha ayudado a asegurar la frontera, pero no ha hecho lo suficiente: no ha evitado que los cárteles conviertan la región norteamericana en un patio de recreo del narcotráfico”. Con ese argumento justificó la imposición de un arancel del 30 por ciento a las exportaciones mexicanas y que revela un tono confrontativo que anticipa una tensa relación bilateral y permanentemente condicionada sin espacio para el diálogo.

    Ante este panorama, México necesita una diplomacia a la altura del desafío: no reactiva, sino estratégica; capaz de anticipar escenarios y trazar una hoja de ruta clara y firme.

    La política exterior debe dejar de ser una prolongación del discurso ideológico interno para convertirse en una verdadera herramienta de desarrollo y enfocada en la defensa del interés nacional.

    En un mundo marcado por crecientes tensiones geopolíticas, México debe actuar con seriedad, fortalecer alianzas multilaterales clave y preservar relaciones constructivas, sin ceder soberanía, pero evitando el aislamiento.

    Nuestra región requiere liderazgo responsable. Hoy más que nunca, la diplomacia debe guiarse por inteligencia, previsión y responsabilidad, no por la improvisación ni la retórica vacía.

    Gobernanza: más allá
    de la popularidad

    Uno de los signos más preocupantes del presente es el desgaste institucional. La concentración del poder en el Ejecutivo, el debilitamiento de organismos autónomos y la presión sobre los contrapesos democráticos erosionan la capacidad del Estado para corregirse, adaptarse y responder eficazmente a las demandas sociales.

    La gobernanza no se construye con carisma ni con narrativas persuasivas. Se sostiene sobre la base de instituciones sólidas, rendición de cuentas, transparencia y respeto al Estado de derecho.

    La democracia no se agota en las urnas: se ejerce cotidianamente en la forma en que se toma y se distribuye el poder.

    En materia de seguridad pública, la militarización ha desplazado a las instituciones civiles sin ofrecer resultados concretos.

    La violencia continúa, la impunidad prevalece y escala, y la percepción ciudadana es de desprotección.

    Una estrategia eficaz exige más que fuerza: requiere prevención, justicia eficiente, un Estado de derecho que funcione y la participación de la inteligencia ciudadana, que es clave para cualquier proyecto de gobernanza robusto y con legitimidad a toda prueba.

    Conclusión: leer la realidad antes de que sea demasiado tarde

    Insistir en negar el presente para sostener el relato del pasado es un error estratégico. Las condiciones actuales, tanto internas como externas, exigen políticas públicas adaptadas a una nueva realidad.

    La popularidad, por sí sola, no resuelve ni gobierna; tampoco garantiza estabilidad ni desarrollo.

    El espejo frente al que hoy se encuentra México refleja no solo avances y desafíos, sino también omisiones. Aún hay margen para corregir el rumbo, pero hacerlo exige voluntad política, claridad técnica y sentido histórico.

    El futuro de México no se construye mirando hacia atrás, sino entendiendo -con honestidad- dónde estamos parados y hacia dónde queremos ir.

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    El autor es Director de Iniciativa Ciudadana para la Promoción del Diálogo A.C.