Mando y Policía unificados en Sinaloa

OBSERVATORIO
19/08/2025 04:02
    García Harfuch parece preparar el terreno para dar ese viraje definitivo hacia la Policía Única. Su estancia en la capital del estado apunta en el sentido de fortalecer a la Policía Estatal y aglutinar en ésta a las corporaciones municipales después de que en el transcurso del choque interno en el Cártel de Sinaloa han sufrido 45 bajas letales, un gran porcentaje de los efectivos no pasa en los exámenes de control y confianza y la sociedad las percibe más propensas a la corrupción.

    A las acciones que encabezó ayer en Culiacán el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, se les debe asumir como el principio de la implementación del Mando Único en las policías de Sinaloa, consistente en que una sola corporación estatal esté a cargo de la protección y vigilancia con la debida certificación de los elementos y disponibilidad de equipos y salarios que afiancen el vínculo con la sociedad y debiliten los nexos con la delincuencia organizada.

    Aunque no se dijo así, los signos de la tercera reunión quincenal del Gabinete de Seguridad federal, a la cual asistieron también los secretarios de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla Trejo; de Marina, Raymundo Pedro Morales, y el Comandante de la Guardia Nacional, Hernán Cortés Hernández, trazan la ruta de la centralización del control policial que permita ir juntos y más competentes en el combate a la violencia.

    La actual crisis de la seguridad pública ha facilitado conocer y reestructurar el funcionamiento de las policías estatal y municipales, hoy con capacidades y posibilidades abismales entre una y otra, sin que haya razón o pretexto para que continúen aisladas, a veces con la misión y visión extraviadas, y sean así más vulnerables en la lucha contra el crimen al acechar en ellas el dilema de renunciar a la obligación de defender a la población pacífica o aliarse con las organizaciones criminales.

    El equipamiento con 100 patrullas y cinco vehículos blindados y artillados tipo Ocelot, nuevas armas y la adecuada seguridad social sería el primer paso para homologar la pertinencia y eficacia de la seguridad y protección, esa vieja deuda que el Gobierno federal tiene con Sinaloa desde hace décadas. La militarización como apuesta de pacificación desde que Felipe Calderón le declaró la guerra al narcotráfico en 2006 se torna cada día menos solución y más compleja. El titular de la SSP estatal, General Oscar Rentería Schazarino, lo sintetizó ayer en una frase: “Hoy damos un paso importante en la construcción de una seguridad sólida”.

    García Harfuch parece preparar el terreno para dar ese viraje definitivo hacia la Policía Única. Su estancia en la capital del estado apunta en el sentido de fortalecer a la Policía Estatal y aglutinar en ésta a las corporaciones municipales después de que en el transcurso del choque interno en el Cártel de Sinaloa han sufrido 45 bajas letales, un gran porcentaje de los efectivos no pasa en los exámenes de control y confianza y la sociedad las percibe más propensas a la corrupción.

    La firma del convenio de colaboración entre la Secretaría de la Defensa Nacional y el Gobierno del Estado para la capacitación de los primeros 150 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, significa la contraseña de la premisa de contar con policías aptos y habilitados para combatir a la delincuencia que en sus facetas común o vertebrada escala a altos niveles ofensivos y ajusta logísticas de guerra. Poner a cargo del Ejército el adiestramiento policial habla de la magnitud del nivel de destrezas y confiabilidad que se pretende lograr. Y de la dimensión de las desconfianzas incubadas durante más de medio siglo.

    En este paso crucial hacia la Policía competente fundamentan la Presidenta Claudia Sheinbaum y el Gobernador Rubén Rocha Moya la expectativa de seguridad pública que perdure a pesar de coyunturas de enfrentamiento entre organizaciones del narco como las ocurridas en 2008 al chocar los hermanos Beltrán Leyva con el Cártel de Sinaloa, en 2017 al darse la primera pugna interna en el CDS protagonizada por los hijos de Joaquín Guzmán Loera y los Dámaso Núñez padre e hijo, así como la vigente por la gran colisión entre los descendientes de “El Chapo” contra los herederos de Ismael Zambada García.

    Con la fuerza pública local a como está ahora los sinaloenses se sienten más en riesgo que seguros. La Sedena posee datos históricos respecto a la poca confiabilidad de los policías y la nula acción de gobiernos anteriores para romper el pernicioso esquema de subordinación y colaboración con los facinerosos. Eso es lo que propició que como sociedad llegáramos a caer en la equivocación de encomendarle la seguridad a los criminales en vez de pedírsela a los policías.

    Reverso

    A como son hoy las refriegas,

    Cualquier sinaloense diría,

    Que nos urge una Policía,

    En la que confiemos a ciegas.

    Aferrarnos a la paz

    No sólo el Gobernador Rubén Rocha debe encomiar que se registren días con saldo blanco en materia de homicidios dolosos. Todo sinaloense de bien tendríamos que abrazar este resultado y aferrarnos a la esperanza de que continúe así de manera permanente. En tanto el tiempo devela si se trata de paz efímera o duradera, si es pax narca o seguridad lograda por la fuerza pública federal y estatal, ocupémonos en que desde la sociedad civil avancemos a recuperar a Sinaloa para la tranquilidad, legalidad y civilidad.