La manipulación política de las Fuerzas Armadas y las redes de macrocriminalidad

19/09/2025 04:00
    Sólo desde la comodidad cínica del arreglo político y social vigente -que de facto coloca a las instituciones militares por encima de los parámetros de responsabilidad y rendición de cuentas- se pudo transitar el tiempo suficiente para que se consolidara su involucramiento en redes de macrocriminalidad.

    Ahí está: al desnudo queda, al menos en parte, el saldo de la manipulación política de las Fuerzas Armadas. Han hecho con ellas lo que han querido en un doble movimiento: el retiro civil de responsabilidades y la ocupación militar de funciones. En ese proceso se ha alterado tanto el fundamento del régimen democrático como la esencia misma de la identidad institucional castrense.

    El resultado es visible: mandos de la Secretaría de Marina son acusados de liderar empresas criminales de carácter continuo y, nuevamente, desde las más altas esferas del poder civil se manipula políticamente el relato, queriendo vender la historia de las manzanas podridas.

    Ni límites desde la “sequía de las instituciones civiles” ni freno desde la ambición militar por administrar recursos públicos y rentas criminales. La pinza revienta, acaso, por la desmesura de los negocios ilícitos, que eclipsan cualquier caso de corrupción previamente documentado, según los señalamientos y acusaciones hasta ahora públicos.

    Sólo desde la comodidad cínica del arreglo político y social vigente -que de facto coloca a las instituciones militares por encima de los parámetros de responsabilidad y rendición de cuentas- se pudo transitar el tiempo suficiente para que se consolidara su involucramiento en redes de macrocriminalidad.

    A diferencia de la delincuencia organizada, que no siempre se articula con estructuras políticas y empresariales, la macrocriminalidad sí lo hace. Ha sido caracterizada por cuatro aspectos centrales:

    1. Está compuesta por tres estructuras: la criminal, la política y la empresarial. La presencia de la estructura política es indispensable, porque supone una demanda explícita de impunidad. Sin ella, no hablamos de macrocriminalidad.

    2. Tiene capacidad de ejercer gobernanza criminal, es decir, gobernar de facto en los territorios que controla.

    3. Comete múltiples delitos: narcotráfico, trata de mujeres y migrantes, explotación laboral esclava, homicidios, desapariciones, secuestros y extorsiones.

    4. Dado que produce diferentes tipos de delitos, también genera múltiples víctimas, cada una con necesidades diferenciadas de reparación.

    La misma fuente agrega:

    “La comisión de diversos delitos por una misma red de macrocriminalidad se torna relevante para el caso mexicano, no sólo por la fragmentación y diversificación que se observa actualmente en las redes de macrocriminalidad [...] también por la forma de investigación penal que se practica en México. Lamentablemente, las fiscalías suelen investigar delitos de forma separada o aislada: un caso de homicidio en una fiscalía, un caso de extorsión en otra distinta y un caso de desaparición en una tercera; sin darse cuenta de que estos tres delitos pueden estar relacionados porque fueron cometidos por la misma red de macrocriminalidad”.

    Nos han dicho -y repiten- que quienes cuestionamos públicamente a las Fuerzas Armadas les hacemos daño. Para reforzar esa narrativa, se activan los aparatos de propaganda militares y civiles que insisten en presentarlas como instituciones impolutas; su esfuerzo rinde porque la sociedad mantiene en alto la percepción hacia ellas, a la vez que acepta que sus funciones no sean en estricto sentido evaluadas, comenzando por la seguridad.

    Pero es justamente esa cobija de propaganda la que ha permitido que la manipulación política las exponga al proceso de descomposición que apenas comienza a asomarse. Y serán las mismas personas que engañan a quien se deje con el recurso de la manzana podrida, no porque creen en él, sino precisamente porque su función ha sido, es y seguirá siendo atajar la investigación externa sobre los segmentos internos a las entidades militares, capturados para sostener las actividades criminales continuas.

    No conozco especialista que albergue expectativas fundadas de que las redes de macrocriminalidad en México serán desmontadas. Un argumento basta, me dicen: no existen fiscalías diseñadas para enfrentarlas.