El gobierno de “izquierda”, que se dice heredero del movimiento del 68 y gran crítico del terrorismo de Estado (Guerra Sucia), rindió homenaje a uno de los máximos perpetradores, al Secretario de la Defensa Nacional entre 1970 y 1976, Hermenegildo Cuenca Díaz.
No es nada nuevo. Desde que López Obrador anunció la creación del Mecanismo de Esclarecimiento Histórico de las graves violaciones a los derechos humanos cometidas de 1965 a 1990 por el Estado mexicano, el entonces Secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, informó que, con autorización del Presidente, se crearía un memorial a los militares muertos durante este periodo. Este anuncio fue fuertemente criticado por los colectivos de víctimas.
El informe “Verdades innegables. Por un México sin impunidad” identifica a Hermenegildo Cuenca Díaz en repetidas ocasiones como perpetrador de crímenes atroces como detenciones arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales, masacres, tortura, tortura sexual y desaparición forzada, entre otros.
El Centro Pro también lo identifica como responsable de “Vuelos de la Muerte” y del “Plan Telaraña”, con el que se buscó erradicar a la guerrilla en Guerrero.
Cabe puntualizar que este informe es producto de la comisión de la verdad creada por el gobierno de López Obrador y que se encuentra en páginas oficiales. Es decir, el Gobierno reconoce los hallazgos y honra a un perpetrador. Así de burda la incongruencia de este gobierno.
Claudia Sheinbaum se dice heredera del movimiento del 68 y al mismo tiempo su gobierno ha archivado los dos informes de la comisión de la verdad que fueron presentados al final del sexenio de López Obrador. Adicionalmente, colectivos de víctimas de esa época han denunciado el descarrilamiento de los procesos de justicia, búsqueda, reparación y no repetición.
Vaya “izquierda” que realiza homenajes a perpetradores, militariza, mantiene la impunidad y niega la verdad, al tiempo que pretende usurpar las luchas del pasado. La “transformación” es verde olivo.