El Consejo de Administración en empresas familiares: liderazgo ético que protege el legado
En una empresa familiar, el Consejo de Administración no es un lujo ni una formalidad. Es el corazón institucional que da dirección, orden y protección al negocio. Su función no es solo decidir, sino cuidar el patrimonio, prevenir conflictos y asegurar que la empresa trascienda con ética y visión.
Hoy, más que nunca, implementar un Consejo es una decisión estratégica que marca la diferencia entre sobrevivir y construir legado.
En México, los miembros del Consejo de Administración tienen obligaciones legales que no pueden ignorarse. El nuevo Código de Principios y Mejores Prácticas de Gobierno Corporativo 2025 refuerza dos pilares esenciales:
Deber de diligencia: actuar con prudencia, buena fe y conocimiento, tomando decisiones informadas y respetando los límites legales y estatutarios.
Deber de lealtad: anteponer el interés de la empresa y la familia, evitar conflictos de interés, mantener la confidencialidad y abstenerse de actos dolosos
Estas obligaciones no son solo jurídicas; son éticas. Cada decisión puede tener consecuencias corporativas, fiscales e incluso penales. Por eso, el rol del consejero exige preparación, integridad y asesoría constante.
Un Consejo bien estructurado no solo cumple con la ley, sino que transforma la empresa familiar. Estas son sus funciones más valiosas:
Establece objetivos claros, evalúa riesgos y oportunidades, y asegura que las decisiones estén alineadas con el propósito familiar.
Evalúa el desempeño de la dirección general, revisa indicadores clave y asegura que se cumplan los planes estratégicos.
Cuida los activos, revisa inversiones y vela por la sostenibilidad financiera del negocio.
Promueve prácticas claras, revisa estados financieros y exige reportes periódicos que generen confianza dentro y fuera de la familia.
Actúa como árbitro en decisiones sensibles, promueve el diálogo y evita divisiones que puedan afectar la empresa.
Integra consejeros independientes, asesores externos y fomenta la capacitación continua de sus miembros.
Verifica que la empresa cumpla con sus obligaciones fiscales, laborales y corporativas, evitando riesgos legales.
Evalúa el impacto ambiental, social y ético de las decisiones, alineando la empresa con las nuevas exigencias del entorno
Gracias a las reformas legales, ahora es posible realizar sesiones de Consejo por medios electrónicos, facilitando la participación de talento nacional e internacional
Para ejercer su rol con eficacia, los consejeros deben:
Solicitar información completa antes de votar.
Manifestar inconformidades y dejar constancia en actas.
Denunciar irregularidades con pruebas.
Buscar asesoría especializada cuando haya dudas.
Elegir alternativas con base en conocimiento y conciencia.
Verificar el cumplimiento de acuerdos y leyes.
Promover mecanismos de denuncia confidenciales y programas de cumplimiento.
Participar en evaluaciones periódicas del Consejo para mejorar su desempeño
El Consejo no es solo un espacio de poder, sino un compromiso con la familia, la empresa y la sociedad. Cada decisión debe ser consciente, legal y ética, porque el verdadero legado es la confianza que se construye y el ejemplo que se deja.
La fuerza de una empresa familiar no reside solo en su patrimonio, sino en la integridad y el compromiso de quienes la dirigen.