Cuén Díaz: de los juzgados al disparate
Reabre cicatrices que todavía sangran

OBSERVATORIO
25/02/2025 04:02
    El hijo de Cuén Ojeda... iba bien hacia la salida airosa que le fue construida en la Secretaría de Gobernación federal, de pagar poquito y en abonos el dinero de la UAS que manejó de manera irregular, hasta que determinó lidiar con otra causa de antemano perdida.

    Quien sea que esté jurídicamente asesorando a Héctor Melesio Cuén Díaz en la demanda contra el periódico Noroeste, porque acusa al medio de publicar imágenes personales tomadas de sus redes sociales, lo está llevando a tallar con lijas de estulticia sobre heridas propias todavía sangrantes, regresando a la escena pública cuando apenas menguaban los escándalos que lo involucran en latrocinios contra la Universidad Autónoma de Sinaloa. ¿Lo ha envalentonado el acuerdo judicial para pagar solamente una pequeña parte del daño causado a las finanzas de la casa de estudios?

    Decíamos en la columna publicada aquí el 20 de febrero que la inacción de la justicia suele producir en los infractores de la Ley el espejismo característico de los insolentes. Parece ser que la salida política ofrecida a Cuén Díaz, quien presidía el Comité de Adquisiciones de la Universidad cuando fueron perpetrados los desfalcos, ha vuelto más disparatados a él y coacusados. “Cuidado con el antecedente de los universitarios sentenciados por el Poder Judicial de Sinaloa con condenas que más bien parecen absoluciones”, advertimos.

    Al hijo que es el principal heredero de los negocios y fortuna que dejó el padre, Héctor Melesio Cuén Ojeda, le era crucial sostenerse dentro de la línea de cautela en que se ha mantenido la familia toda desde que el ex dirigente del Partido Sinaloense resultó asesinado durante el negro 25 de julio de 2024, en el mismo lugar en que se reunieron Ismael Zambada García y Joaquín Guzmán López y tal encuentro desencadenó la detención y traslado forzados de “El Mayo” para ponerlo a disposición por medios extrajudiciales de la justicia de aquel país.

    También flotan en el ambiente las preguntas cuyas respuestas guarda herméticamente la Fiscalía General de la República respecto a aquella operación que se realizó para evitar que se conociera el encuentro del ex Rector de la UAS con el jefe del Cártel de Sinaloa, construyendo el montaje del robo del vehículo en una gasolinera como móvil del homicidio, versión que Fausto Corrales, el acompañante de Cuén Ojeda, indujo en la Fiscalía General del Estado.

    El caso es que siendo servidor público y estando sujeto a un proceso penal pierde sentido el litigio por el uso de fotografías que, aparte, él mismo publicita en las plataformas digitales en las cuales participa desde lo particular. Cualquier exigencia de respeto a la privacidad de Cuén Díaz sobresee debido a la existencia de vinculaciones a procesos judiciales por daños causados a la sociedad a la cual le pertenece el ente agraviado que es la UAS, perjuicio que un Juez le determinó reparar con el pago de 20 millones de pesos en conjunto con el resto de los indiciados.

    El hijo de Cuén Ojeda sigue creyéndoles a los abogados que no pudieron sacarlo intacto de las carpetas de investigación que integraron la Fiscalía General del Estado y la Unidad de Inteligencia Patrimonial y Económica por daño al erario universitario estimado en alrededor de 700 millones de pesos. Iba bien hacia la salida airosa que le fue construida en la Secretaría de Gobernación federal, de pagar poquito y en abonos el dinero de la UAS que manejó de manera irregular, hasta que determinó lidiar con otra causa de antemano perdida.

    Esto significa el dislate en que incurren los defensores jurídicos al someterlo de nuevo al demoledor juicio social cuando no acaba de cerrar el episodio de la expoliación a la UAS, equivalente el desatino de los abogados al del entrenador boxístico que no lanza la toalla al ring mientras al pupilo lo tunden a golpes. Ponerle otra vez los guantes al que ocupa con urgencia salir de las carteleras pendencieras.

    Qué triste el planteamiento que resalta un reclamo relativo a la imagen personal por encima de otras cuestiones fundamentales, por ejemplo la exigencia a que la FGR revele la verdad histórica del evento trágico que le costó la vida a Héctor Melesio Cuén Ojeda. Reincidir en el viejo conflicto que no establece los límites entre la privacidad y la publicidad de funcionarios que deben tener, y aguantar, la lupa ciudadana deletreándolos y deconstruyéndolos.

    No da muestras Cuén Díaz de haber aprendido la lección de su escabroso paso por cargos universitarios de donde salió desprestigiado. Teniendo empresas para entretenerse, ahí va a tropezar con una piedra más grande ahora en el intento por colocar sus berrinches e ínfulas muy por encima de las garantías constitucionales de libertad de expresión y derecho a la información.

    Nunca debió haber salido de la zona de confort que le proporciona el Poder Judicial de Sinaloa. Pero ya la abandonó.

    Reverso

    Con esta coartada imperfecta,

    Donde exige ser indemnizado,

    Podría acompletar la colecta,

    Para pagarle a UAS lo robado.

    Pifia democratizadora

    Mientras tanto, Jesús Madueña Molina inició con bastante tiempo de anticipación la campaña para buscar la reelección como Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa. Aprovecha cualquier fecha festiva para congraciarse con los estudiantes o mejor dicho con el voto de ellos. El Día del Amor y la Amistad organizó pachangones para maestros y alumnos de las distintas facultades. En el área de Humanidades hubo hamburguesas y hot dogs para todos y sin faltar la música con la banda oficial de la Universidad. ¿Y los opositores? Esperando ingenuamente que Madueña cumpla la palabra de democratizar a la UAS. Sin reírse, por favor.