Recientemente el Gobierno Federal presentó el Paquete Económico 2026. Como sabemos, este se encuentra compuesto por tres documentos: los Criterios Generales de Política Económica (CGPE), la Ley de Ingresos de la Federación (ILIF) y el Proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF).
Para el 2026, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público prevé un crecimiento de entre 1.8 y 2.8 por ciento. Esto parece demasiado optimista si lo comparamos con previsiones hechas por organismos económicos internacionales. El FMI establece esa tasa en sólo 1.4 por ciento, mientras que el Banco Mundial lo coloca apenas entre 0.1 y 1.1 por ciento y la OCDE en 1.1 por ciento.
Los pronósticos de estos organismos parecen más realistas si tomamos en cuenta el promedio de crecimiento en el sexenio anterior. Igualmente optimista parece ser la prevención de la tasa de inflación anual que el gobierno considera será descendente, lo cual no parece tener en cuenta la muy probable desaceleración económica del país ni, sobre todo, los riesgos de un ambiente internacional cada vez más tenso. Lo mismo sucede con el tipo de cambio, que el gobierno estima en 18.9 pesos respecto al dólar.
Aunque el gobierno espera endeudarse en un 4.1 por ciento, estos ingresos no se reflejarán en grandes aumentos en gastos fundamentales para el bienestar de la ciudadanía como lo son en salud, educación, ciencia, cultura y seguridad. En vez de esto, la nueva deuda se destinará a pagar la deuda ya adquirida y a financiar PEMEX.
El gasto de salud, por ejemplo, apenas va a representar en 2026 el 2.6 por ciento del Producto Interno Bruto cuando la Organización Mundial de la Salud considera que tal gasto debe rondar al menos el 6 por ciento del PIB.
No obstante de que los gastos en educación y ciencia aumentarán, estos no son suficientes para llevar al país al lugar de excelencia educativa que se requiere. El gasto en cultura, por otro lado, sufrirá un recorte del 16.1 por ciento. La disminución de financiamiento será particularmente severo para el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
Los así llamados Programas del Bienestar se mantienen, con 53.3 por ciento de su presupuesto destinado a la Pensión para Adultos Mayores y el 22 por ciento a los programas enfocados a las infancias, adolescencias y juventudes.
Los aumentos al ramo 18 de energía son extraordinarios y se deben en parte a qué la Secretaría de Energía absorberá las funciones de la Comisión Reguladora de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos, dos dependencias que fueron eliminadas con la reforma de simplificación orgánica y por los recursos canalizados a PEMEX.
De igual manera la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones tendrá el mayor presupuesto registrado para un regulador de telecomunicaciones, con un incremento en términos reales del 27.9 por ciento. Esto se explica, en parte, por las reformas en materia de simplificación orgánica, seguridad, telecomunicaciones y digitalización. La Agencia tendrá entre sus principales funciones la licitación 5G. Los incrementos también son importantes para el nuevo Poder Judicial, lo cual es explicable por la franca lealtad que tendrán los nuevos jueces, magistrados y ministros con el gobierno en turno.
En contraste, el ramo 36 Seguridad y Protección Ciudadana resultó ser de los más afectados, con una reducción del 17.5 por ciento, con lo cual el combate al crimen organizado no tiene el acicate necesario financieramente hablando.
Finalmente, habrá recortes en términos reales del presupuesto al ramo 16 Medio Ambiente y Recursos Naturales, lo cual es, a la vez, preocupante e inentendible, dado el hecho de que los temas ambientales fueron una materia de atención de la Presidenta en el pasado.
En general, se podría decir que hay cierta continuidad entre las prioridades del gobierno del sexenio anterior y algunas discontinuidades. Pierden o no ganan mucho los sectores de salud, educación, seguridad y medio ambiente. Los ganadores son energía, telecomunicaciones y el nuevo poder judicial. No se puede decir que esta estructura presupuestal merece un elogio.