Trump, China y la 4T

Editorial
19 agosto 2025

El Presidente ruso, Vladimir Putin, fue a Alaska la semana pasada a enfrentar a Donald Trump, con la guerra de Ucrania en el centro de la mesa, y regresó a Rusia con un triunfo por goleada.

Trump, siempre parlanchín, siempre bocazas, había presionado a Rusia para finalizar la guerra en Ucrania, so pena de iniciar una serie de castigos ejemplares en contra de los rusos, en caso de que Putin no accediera a negociar.

Pero una vez puestos de frente, Trump fue aceptando todo lo que propuso el dictador ruso, lo abrazó y lo saludó como su gran amigo.

Putin, que había llegado a Alaska como un paria internacional, con una orden internacional de arresto por crímenes de guerra, regresó a Rusia con el espaldarazo del supuesto líder del mundo libre y sin haber concedido nada: su guerra contra los ucranianos continúa.

Ayer, en la Casa Blanca, Trump recibió al Presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y otros líderes europeos en busca de acuerdos sobre la guerra, presionando a los ucranianos a ceder.

Trump derrapa en todos los niveles, ahora apoyando ocupaciones rusas... si alguien pensaba que Estados Unidos era una potencia en decadencia, Trump se encarga de pisar el acelerador a fondo, empujando a su país al despeñadero y arrastrando a sus aliados con él.

Mientras, sonriendo desde la otra orilla, China se relame los bigotes, ni siquiera se ve obligada a competir, Trump les regala el mundo, negándose a liderar la parte que le corresponde.

Aterrado, Japón incrementa de manera salvaje su presupuesto militar; los vecinos de China tiemblan, África hace tiempo que es depredada por las empresas chinas y rusas, Europa hace tímidos llamamientos a reforzar el liderazgo que perdió hace tiempo y Latinoamérica comienza a navegar sin rumbo.

La 4T hace tiempo que renunció a asumir el liderazgo mexicano en su área de influencia internacional, pero llegará el momento en que los problemas del mundo toquen a la puerta, entonces no podremos seguir mirando hacia otro lado.