Fortalecer la comunidad
En el último año, en Sinaloa ha sido complicado que la mayoría de la población pueda crear comunidad. Ante los hechos de violencia, la vida social de la gente se ha visto limitada y, con lógica, prefieren mantenerse seguros antes de compartir espacios con los otros.
Pero esas condiciones están lejos de lo que es la naturaleza humana. Convivir y conformar una sociedad es una parte inherente de las personas, aún así lo hagan en un espacio micro, como el barrio, o en uno más amplio, con los lugares públicos.
Pero la violencia, la generada por la delincuencia organizada, le ha quitado eso a la sociedad a lo largo de un año y aún no se ha visto para cuándo puedan recuperar su esencia, la de un ser social.
Y sí, las fuerzas de seguridad se han desplegado en Sinaloa para intentar contener los hechos de violencia que han generado casi 2 mil homicidios, casi la misma cifra de personas desaparecidas y más de 7 mil vehículos robados.
Y aunque se han tenido ciclos en los que la incidencia delictiva disminuye, los grupos delictivos siguen operando y siguen enfrentándose y siguen generando un alto costo social por todos los cambios que han impuesto.
La delincuencia se ha adueñado del espacio público, tal vez de manera indirecta, y ha privado a la gente de sus libertades, aún cuando no tienen nada que ver con el conflicto.
Ha sido un año de hechos violentos que la sociedad sinaloense en general, y la de Culiacán y sus zonas aledañas en particular, no merece estar padeciendo y es momento de que las autoridades piensen en ellos.
Es verdad que resulta complicado que se invite a la sociedad a retomar sus espacios cuando los enfrentamientos armados continúan en los lugares donde menos se esperan.
Pero en la estrategia de seguridad que se ha implementado, además del interés de frenar a los grupos del crimen organizado, es urgente que se piense en cómo regresarle a la sociedad lo que se le ha quitado.
No hay que perder más tiempo para que la sociedad vuelva a ser social. Ya se lo merece.