Niños refugiados reciben útiles para iniciar el ciclo escolar; 2 mil 400 se inscribieron a la escuela en México durante 2024
En conjunto con otras asociaciones civiles, Casa Refugiados apoya a las personas para que en su proceso de inclusión escolar o laboral el idioma no sea una barrera, pues “muchas de las personas que llegan aquí hablan español, pero en los últimos años la población que no lo hace ha aumentado”
En vísperas del regreso a clases, el patio de Casa Refugiados es una algarabía. Niñas y niños de diferentes nacionalidades corren y gritan entre juegos. A pesar de las barreras del lenguaje, del miedo y el dolor de las historias que los preceden, en México los une la tranquilidad de saber que tendrán un futuro lejos de la violencia que los llevó a huir de sus países de origen.
Provenientes de países como Afganistán, Haití, Venezuela, Ecuador, Cuba y El Salvador, están aquí junto con sus madres y padres para participar en actividades artísticas y de integración, además de dar seguimiento a sus trámites de solicitud de refugio, resolver dudas legales o tomar sesión de apoyo psicológico, pero, sobre todo, vinieron a recibir donativos de útiles y uniformes escolares para el próximo ciclo escolar.
“La organización ha trabajado por muchos años con personas en contexto de movilidad y vulnerabilidad y desde 2012 se vuelve socia de la ACNUR, que es el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, es decir, quienes han sido desplazados por violencia en sus países”, explica Alondra Lozano, encargada del área de integración.
“Con o sin estatus de refugio, las infancias tienen derecho a asistir a la escuela”
De acuerdo con Alondra, en Casa Refugiados “lo que intentamos hacer es acompañar esos procesos para que las personas conozcan cuáles son los derechos con los que cuentan, a qué pueden acceder, como el tema la educación, porque muchas personas que están viajando con infancias piensan que tal vez los pequeños y pequeñas no pueden acceder a la escuela porque no tienen un documento”.
Sin embargo, afirma que “con o sin estatus de refugio, las infancias tienen derecho a asistir a la escuela, lo que debe respetarse por el interés superior que tienen los menores”, algo que informan a las familias a las que acompañan en los procesos de inscripción de educación básica, medio superior y superior sin importar la época del año en la que lleguen a México.
Para poder hacer la inscripción, Alondra indica que se elabora un mapeo de las escuelas que quedan más cerca del domicilio en el que se quedarán las familias, y se hace una visita en cada una de ellas para saber si tienen cupo. Una vez que se encuentra un plantel con disponibilidad para los niños, se les pide la CURP para inscribirse, misma que encuentran en su documento de solicitud de refugio. El año pasado 143 infancias pudieron realizar esta gestión para continuar su trayectoria educativa.
“En los casos en los que hay falta de cupo, la autoridad educativa tiene la obligación de mapear otra escuela en la misma zona en donde se puedan inscribir. Cuando el rechazo es por otros temas, enviamos una carta de acompañamiento en la que exponemos a los directivos que por derechos de las infancias no pueden negar el acceso a la educación, y si no funciona, acudimos con la persona para lograr el ingreso”, agrega la trabajadora humanitaria.
Además, en conjunto con otras asociaciones civiles, Casa Refugiados apoya a las personas para que en su proceso de inclusión escolar o laboral el idioma no sea una barrera, pues “muchas de las personas que llegan aquí hablan español, pero en los últimos años la población que no lo hace ha aumentado”. Solo en 2025 van 237 interesados en esta ruta de aprendizaje.
En tanto aprenden español, los integrantes del equipo que hablan diversos idiomas son quienes atienden a los solicitantes de refugio -algunos de ellos también son refugiados-, y en otros casos “nos servimos de otras herramientas como el traductor del teléfono, pero hacemos lo posible”.
Con el fin de que cuenten con lo necesario para sus clases, Casa Refugiados convocó a través de redes sociales a una colecta de útiles escolares en la que consiguieron materiales para apoyar a más de 80 niños, entre ellos los que acudieron a los talleres de dibujo y pintura. Uno a uno, recibieron una mochila llena de cuadernos, plumas y colores, así como una tarjeta en la que se leían algunas palabras que les dedicaron los donatarios: “confía en ti, tienes mucho por compartir con el mundo” y “este kit es para recordarte que creemos en ti”.
Vivienda y empleo, otras dimensiones de apoyo de la Casa Refugiados
Aunque las oficinas de Casa Refugiados se encuentran en una casona antigua ubicada en la colonia Escandón -donada por una congregación de monjas guatemaltecas que fueron refugiadas en México por situaciones de persecución religiosa-, aquí únicamente se canaliza a las personas hacia los distintos servicios que ofrecen.
Cuentan con un albergue en la alcaldía Tlalpan, en el que disponen de espacio para alojar a unas 40 personas. Actualmente, este se encuentra en su cupo máximo, por lo que desde el equipo de vinculación se llega a canalizar a los solicitantes de refugio a otros lugares, dependiendo del perfil de la persona o del grupo familiar.
También brindan apoyo para que las personas encuentren empleo de manera formal, a través de “vínculos que tenemos con distintas empresas que tienen buenas prácticas y están sensibilizadas en el tema para que tengan una buena recepción y estén seguros, lo que creemos que es muy importante por su condición”, subraya Lozano.
Aparte de vincularlos con estas empresas y ayudarlos en su aprendizaje del idioma español, Casa Refugiados cuenta con un “roperito” en el que pueden encontrar prendas de vestir para acudir a las entrevistas de trabajo, o en el caso de las infancias, uniformes para acudir a la escuela. Esta ropa no tiene ningún costo para ellos y la encuentran en distintas tallas, gracias a los donativos que recibe la asociación.
El acceso a un empleo, a su vez, les da la posibilidad a los refugiados de tener un espacio de vivienda que no sea un albergue. Con el acompañamiento de los trabajadores humanitarios -para evitar caer en fraudes- pueden comenzar a buscar algún lugar para rentar “con contratos justos y cuotas alcanzables”.
La ruta integral de apoyo para los solicitantes varía, dependiendo de lo que cada uno requiera. En algunos casos tienen procesos de seguimiento de meses, mientras otros duran hasta cinco años, “pero en muchas ocasiones sin importar el tiempo que llevan en México vuelven a acercarse con nosotros porque saben que en cualquier momento podemos darles información”.
Durante todo el año, las personas interesadas en apoyar a quienes se acercan con Casa Refugiados pueden donar ropa nueva o en buen estado, libros, útiles escolares, uniformes o comida perecedera y no perecedera. Sus oficinas se ubican en la calle Mártires de la Conquista #86, colonia Escandón, en la Ciudad de México.
2 mil 400 niños refugiados se inscribieron a la escuela en México en el 2024
De acuerdo con el informe ‘Un hogar en México’, elaborado por la ACNUR, en 2024 México se mantuvo entre los 10 países con más solicitudes de asilo en el mundo, con casi 80 mil registradas por la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), de las cuales el 25% fueron de niñas, niños y adolescentes.
La mayoría de estas solicitudes fueron de personas provenientes de Honduras, Cuba, Haití, El Salvador y Venezuela.
Aunque el número de solicitudes ha aumentado significativamente desde 2014 (cuando se tuvieron 2 mil 137), el año en el que la COMAR registró más fue el 2023 (140 mil 812). Para 2024 se recibieron 78 mil 975.
El informe también señala que más de 2 mil 400 niñas, niños y adolescentes solicitantes de asilo y refugiados recibieron apoyo para inscribirse en la escuela y 130 estudiantes recibieron becas para estudios universitarios.
El incremento de solicitudes de asilo ocurre en el marco del endurecimiento de las medidas contra la migración en Estados Unidos. Según el informe ‘Tendencias y desafíos del desplazamiento forzado en México’, de la ACNUR, para 2024 el 41% de las personas que ingresaron de manera irregular al país lo vieron como su destino final, frente al 26% registrado en 2023.