Presenta el Gran Acuario Mazatlán a sus nuevas inquilinas, cuatro capibaras
A partir del próximo lunes, 4 de agosto, los mazatlecos y visitantes podrán conocer a los cuatro capibaras
Con su mirada apacible, andar sereno y un aire de simpatía natural, hicieron su debut ante un selecto público las capibaras, nuevas habitantes del Gran Acuario Mazatlán Mar de Cortés, que abrieron sus puertas al público y como era de esperar, lograron cautivar desde el primer momento.
Después de meses de espera, se abrieron por primera vez las puertas del nuevo hábitat de capibaras, un espacio diseñado especialmente para esta especie originaria de Sudamérica, que en los últimos meses ha ganado una enorme popularidad debido a su apariencia amigable y carácter tranquilo.
Aunque la inauguración oficial de esta área está programada para el lunes 4 de agosto, hoy fue turno para aquellos usuarios que cuentan con una membresía anual y pertenecen al Club de Exploradores, quienes fueron los primeros en conocer a las cuatro nuevas inquilinas de este acuario.
El selecto grupo vivió una experiencia única, pues realizaron un recorrido dentro del hábitat, para tener una interacción más cercana, aunque sin un contacto directo, tal y como lo explicó Cinthia Hernández, médico veterinario del acuario, quien señaló que aún hace falta que estos animales se adapten a la interacción con seres humanos, pues junto con su bienestar es la prioridad de la institución.
“Son animales sociales, pero necesitan su tiempo para acostumbrarse al ritmo del espacio y a la presencia de personas, más adelante podrán convivir con los visitantes e incluso recibir alimento de sus manos”, comentó.
Se trata de cuatro jóvenes especímenes hembras, dos de estas con apenas cuatro meses de edad y dos más un tanto mayores, con cerca de ocho meses, las cuales, aunque aún no cuentan con nombre, ya han comenzado a ganarse el cariño de quienes han podido observarlas este día.
El hábitat ubicado justo a un costado del acceso principal al acuario ha sido acondicionado para replicar un ambiente natural, con vegetación, una pequeña laguna y la presencia de otras especies como patos y peces, para hacerle compañía a las recién llegadas.
Los miembros del Club Exploradores este sábado pudieron experimentar un recorrido especial en el cual pudieron acercarse a las capibaras, verlas comer, descansar y disfrutar del agua, aún sin un contacto directo.
Sin embargo esta experiencia no se volverá a repetir hasta dentro de dos meses aproximadamente, ya que es el tiempo estimado para que las cuatro especímenes se adapten a la presencia humana y puedan tener interacción.
Por esta razón, a partir del lunes los visitantes podrán apreciar el hábitat de las cuatro capibaras sin ingresar a este espacio, solamente desde el área delimitada para apreciar estos entrañables roedores.
Con respecto a la procedencia de las capibaras, la médica veterinaria del Gran Acuario Mazatlán detalló que estas provienen de un centro de conservación de la Ciudad de México, por lo que se podría dar una pronta adaptación a la presencia humana.
En lo que respecta a su comportamiento, explicó que estos animales son bastante tranquilos, sociables y con buena tolerancia al calor, lo que las hace compatibles al clima húmedo que se tiene en Mazatlán.
Al no estar bautizadas oficialmente, el acuario podría evaluar el realizar una dinámica para que sea el público quien participe para elegir los nombres que llevarán cada una de las capibaras.
Finalmente, Cinthia Hernández comentó que si bien aún no se tiene contemplada la incorporación de más especímenes, no se descarta la opción de que en un futuro llegue un macho, una vez que las hembras alcancen la madurez reproductiva.
De esta forma, el Gran Acuario Mazatlán amplió su oferta educativa y recreativa, reafirmando su compromiso con la conservación y el bienestar animal.