Marea plástica atenta contra el ecosistema marino: ambientalista
La proliferación de artículos de plástico de un solo uso en las inmediaciones de la Marina Mazatlán es alarmante, advirtió Eunice Murúa, educadora ambientalista
MAZATLÁN._ La marea plástica atenta contra el ecosistema marino. En la zona del muelle de la Marina Mazatlán, prolifera basura mayormente de plásticos, por lo que urge acelerar la legislación.
“Mazatlán, la joya del Pacífico mexicano y epicentro de gran actividad turística y náutica, enfrenta un desafío ambiental cada vez más apremiante por la contaminación marina de residuos plásticos”, resumió la problemática actual Eunice Murúa, educadora ambientalista de Mazatlán.
Especificó de los riesgos; “Esta problemática es visible y dañina, ahora en la zona de la Marina, donde la interacción entre el consumo local y las actividades recreativas náuticas genera una constante afluencia de desechos que amenazan la vida oceánica y la sostenibilidad del propio destino”.
“La mortífera presencia del Plástico en Océanos debido a la contaminación marina por plásticos, representan una amenaza directa y existencial para las especies que habitan en nuestras costas y en mar abierto”, advirtió.
“Los plásticos, desde bolsas y redes hasta anillos de latas, actúan como trampas mortales de aves marinas, tortugas, peces y mamíferos marinos quedando atrapados, lo que les impide moverse, alimentarse o respirar, llevándolos a la asfixia, el agotamiento o la inanición, ingestión y daño Interno”.
“Los animales marinos confunden los fragmentos de plástico con alimento. Al ingerirlos, sus sistemas digestivos se bloquean, causándoles malnutrición, úlceras, perforaciones e incluso la muerte. Además, los plásticos pueden liberar toxinas que se acumulan en la cadena alimenticia, afectando incluso a los humanos que consumimos productos marinos”, detalló.
Insistió que la raíz del problema involucra tanto a los consumidores de locales comerciales como a los usuarios de yates y catamaranes.
Tras un recorrido realizado por Datemex en la zona del muelle de la Marina Mazatlán, frente a bares y restaurantes, se detectó que proliferan basura mayormente de plásticos, desde vasos, botellas, bolsas y desechables que se caen al área de atraque de los yates y catamaranes. Dónde, demás no se observaron canastos para que los visitantes del área coloquen la basura.
La bióloga citó que en las inmediaciones de la Marina, la proliferación de artículos de plástico de un solo uso es alarmante.
“Lamentablemente, una parte significativa de estos materiales termina siendo abandonada en el entorno, facilitando su arrastre por el viento o la lluvia directamente hacia los cuerpos de agua, para finalmente desembocar en el mar. Esta cultura del “usar y tirar” sin una gestión adecuada de los residuos es una fuente continua de contaminación”, expresó.
Citó del impacto de la actividad náutica que se genera por los usuarios de yates y catamaranes, que disfrutan de las aguas mazatlecas durante todo el día, y que a menudo parten cargados con hieleras de unicel y un sinfín de botellas y envases plásticos.
El problema se agudiza al regreso o bien la basura es dejada sin control en las instalaciones de la Marina, sobrecargando los sistemas de recolección y exponiéndola a ser dispersada, o en el peor y más grave de los casos, los residuos “accidentalmente” caen al mar o son arrastrados por el viento durante la navegación.
“Este fenómeno de descarga directa o indirecta de desechos en el océano tiene consecuencias devastadoras”, agregó.
Murúa hizo el llamado a la acción ante la proximidad del Día Mundial de los Océanos, el 8 de junio, para recordar que el océano cubre más del 70 por ciento del planeta y es, literalmente, la fuente de vida y sustento de la humanidad y de todos los demás organismos en la Tierra.
“La situación en la Marina Mazatlán es un micro-reflejo de un problema global que exige acciones locales urgentes y una aplicación rigurosa de las leyes existentes”, comentó.
La educadora ambiental citó que el sábado 8 de mayo se celebra el día Mundial de los océanos y la contaminación que reciben a diario degradan los hábitat natural marinos.
Advirtiendo que la degradación del hábitat por los plásticos que se asientan en los fondos marinos, cubren arrecifes de coral y lechos de pastos marinos, esenciales para la reproducción y refugio de innumerables especies. Esto altera los ecosistemas y reduce su capacidad para sustentar la vida.
“La constante fragmentación de los plásticos genera microplásticos, partículas minúsculas que son aún más difíciles de eliminar y que son ingeridas por organismos de todos los niveles tróficos, incluyendo el plancton, base de la cadena alimentaria”.
Lamentó que la ley está en vigor y la realidad de Mazatlán y, específicamente, de la Marina, requiere se acelere su implementación y cumplimiento estricto sin más prórrogas.
“Cada día de demora en la prohibición total y efectiva de estos plásticos significa miles de objetos más que terminan en el mar, comprometiendo irreparablemente los ecosistemas”, abundó.
En este contexto de emergencia ambiental, dijo de la Ley de Plásticos de un Solo Uso de Sinaloa presenta una herramienta fundamental para reducir la contaminación plástica porque prohibe la comercialización, distribución y entrega de ciertos productos de plástico no biodegradables, incluyendo popotes, bolsas plásticas para traslado de mercancías y otros artículos desechables.
“La ley busca la eliminación gradual de plásticos como popotes, bolsas de un solo uso para mercancías, y artículos desechables como platos, vasos y cubiertos. Con sus excepciones, permite algunas excepciones para plásticos que no tienen alternativas sostenibles, como el unicel en ciertas industrias”, dice la Ley.
Contextualizó que la eliminación paulatina de plásticos comenzó en 2020, pero el Congreso de Sinaloa ha aprobado prórrogas, incluyendo un plazo hasta 2027 para el uso obligatorio de plástico reciclado en envases de bebidas, lo que ha ralentizado el proceso.
Destacó que en áreas protegidas, la ley también prohíbe el uso, consumo, comercialización o ingreso de plásticos de un solo uso en áreas naturales protegidas o insulares.
Comentó se han implementado campañas para promover alternativas sostenibles y es que la ley afecta a diversos giros comerciales, prohibiendo la venta y distribución de plásticos de un solo uso. Mientras que la ciudadanía puede seguir usando bolsas para la basura, pero no para trasladar mercancías.
“Proteger los océanos de la contaminación plástica no es solo una cuestión ambiental; es una inversión en la salud de nuestro planeta, en la supervivencia de sus especies y en el futuro sostenible de destinos como Mazatlán. Es imperativo que consumidores, negocios, operadores turísticos y autoridades asuman su responsabilidad, promuevan la reducción, el reúso y el reciclaje, y exijan la aceleración de la legislación para salvaguardar nuestro invaluable patrimonio marino”, convocó Eunice Murúa.