‘En Sinaloa la justicia no existe’, señala Alejandra Martínez Carrizales
Desde hace más de cinco años desapareció su hermano Ismael Alejandro y la familia se mantiene en la lucha de justicia y verdad
A más de cinco años de la desaparición Ismael Alejandro Martínez Carrizales, su familia continúa buscando justicia y verdad, en medio de un ambiente de impunidad y corrupción, que, aseguran han sido factores importantes para la investigación de este caso.
A través de un video compartido en redes sociales, su hermana Alejandra Martínez Carrizales, ha relatado el doloroso camino que a su familia le ha tocado recorrer desde la madrugada del 12 de julio del 2020, cuando un grupo armado interceptó a Ismael Alejandro en la colonia 12 de Mayo en Mazatlán, y desde entonces han enfrentado negligencia por parte de las autoridades.
En este testimonio público, Martínez Carrizales narra cómo su hermano fue privado de su libertad sobre la calle Del Obrero, de dicha colonia, cuando circulaba en su vehículo personal, acompañado de su novia a quien llevaba a su hogar.
“A las 2:30 de la madrugada lo interceptaron siete sujetos armados en motocicletas, todos cubiertos del rostro, excepto uno. Los detuvieron justo en la calle del Obrero, frente a un lugar que cuenta con cámaras de seguridad que nunca quisieron proporcionar, o al menos eso nos dijo Fiscalía”, comentó.
Alejandra asegura que desde el inicio la investigación estuvo marcada por la apatía y desinterés de las autoridades, recordando que, a pesar de que se realizó la denuncia de la desaparición casi de manera inmediata, la Fiscalía no atendió el caso con urgencia.
“Acudimos a la Fiscalía a denunciar la desaparición, pero nos atendieron hasta un día después, porque justo el día 12 de julio cayó en domingo y no puede desaparecer nadie”, expresó.
Además de la falta de acción por las autoridades, la familia Martínez Carrizales enfrentó una dura situación al ser víctimas de extorsión por parte de los mismos agentes de investigación.
De acuerdo con su testimonio, los agentes Martha “N” y Josué “N”, aprovecharon la información proporcionada por la familia y su desesperación, para hacerse pasar por supuestos captores y exigir depósitos en tarjetas bancarias vinculadas a familiares de uno de los agentes.
“Nosotros, muy desesperados y con dolor, depositamos el dinero. Después, logramos obtener los nombres de los titulares de estas tarjetas y se los llevamos directamente al Ministerio Público, demostrando nuevamente que lo que ellos no hicieron, lo hizo la familia”, declaró.
“Y aunque en ese momento no lo sabíamos, estábamos confirmando que no se puede confiar en ellos de ninguna forma”, agregó.
La joven señaló que, aunque Josué “N” fue sentenciado por el delito de extorsión agravada, el pasado 12 de septiembre del 2025 fue puesto en libertad, mediante un procedimiento abreviado.
“Ni la Fiscalía, ni el propio personal del Cereso (Centro de Reinserción Social) encargado nos notificaron formalmente, ni siquiera por una llamada, dejándonos en la incertidumbre”.
También mencionó que en el caso de Martha “N”, actualmente se encuentra en libertad debido a que el sistema judicial no la considera peligrosa, aún a pesar del daño ocasionado tanto a la investigación como a la familia.
“El sistema no la considera peligrosa a pesar de todo el daño psicológico, la burla y sobre todo, el daño que ocasionaron haciendo que nosotros dejáramos pasar los días más importantes pensando que de verdad nos lo iban a regresar”, dijo.
El Artículo 231 del Capítulo IX del Código Penal para el Estado de Sinaloa, señala que a quien realice un acto de extorsión, se le impondrá prisión de 4 a 12 años y de 200 a 400 cincuenta días de multa.
Así mismo, establece que si la extorsión la realizó un servidor público en cualquier ámbito de la administración pública o corporación policíaca, como fue en este caso, la pena aumentará en una mitad, además de la destitución del empleo, cargo, o comisión y la inhabilitación para desempeñar ese u otro empleo, cargo o puesto público hasta por cinco años.
Por otro lado, Alejandra externó que, por las propias investigaciones de la familia, se ha identificado a varios presuntos responsables del secuestro, entre ellos hombres conocidos como “El Pardo”, “El Tecua”, “El Rower” y “El Pato”.
Algunos de ellos, señaló, ya han sido asesinados en diferentes hechos violentos en los últimos años, sin que esto haya permitido esclarecer el paradero de Ismael.
Con una voz entrecortada, un semblante firme pero golpeado por el complejo trayecto que a su familia le ha tocado recorrer, Alejandra expresó el cansancio y hartazgo pues a pesar de todo lo que han logrado, nada ha servido para saber qué pasó con su hermano.
“Claro que tengo miedo de mencionar todo esto, pero también estoy harta, estoy cansada. Veo a mi madre y a mi familia, estamos agotados. Hemos localizado muchísimos cuerpos, llevamos más de cinco años buscando a mi hermano y nadie nos dice dónde está, dónde lo dejaron”, declaró.
“Él es una persona inocente y fue privado de la libertad por unos delincuentes que se sentían dueños del mundo Y mientras tanto nosotros tenemos que seguir buscándolo Porque nadie le hace nada, porque nadie les busca, porque no les importa”, añadió.
Alejandra lanzó un llamado desesperado a la ciudadanía invitando a cualquier persona que pueda aportar información sobre el paradero de su hermano a comunicarse, manteniendo toda la información de manera anónima.
“Por favor, si sabes sobre el paradero de mi hermano, acerca de estos delincuentes, por cualquier razón, de donde enterraban o dónde dejaron a mi hermano, se los suplico, háblenme al 6693 26 20 89. Es totalmente anónimo, no importa quién eres, por qué sabes o qué pasó, solo necesito a mi hermano, él necesita estar en un lugar digno”, expresó.
Finalmente, Alejandra concluyó con un mensaje crítico al sistema judicial y de seguridad de Sinaloa, el cual le ha fallado a su familia, como lo ha hecho con miles de desaparecidos en la entidad.
“La justicia en Sinaloa ya nos demostró que no existe. No estoy pidiendo caridad, estoy exigiendo lo más básico: verdad y dignidad para mi hermano. Y si el Estado no la da, entonces lo seguiré gritando hasta que el mundo sepa que aquí en Sinaloa la justicia no existe”.
“A mi hermano lo quisieron borrar, pero aquí estoy yo para recordar al mundo que existió, que lo sigo buscando y que no voy a parar hasta traerlo de regreso a casa”, puntualizó.