Por qué son ineficaces los programas de rehabilitación involuntaria

CONTENIDO EXTERNO
06 agosto 2024

Los programas de rehabilitación involuntaria en México se han enfrentado a un importante escrutinio y críticas debido a su ineficacia y el daño potencial que pueden causar a las personas que luchan contra los trastornos por consumo de sustancias. A pesar de la prevalencia del tratamiento involuntario de la drogadicción, la evidencia indica que estos programas a menudo no logran los resultados esperados e incluso pueden empeorar los problemas que pretenden abordar.

Uno de los principales problemas de los programas de rehabilitación involuntaria en México es la falta de opciones de tratamiento profesionales y basadas en pruebas. La mayoría de los centros residenciales de tratamiento de drogas en el país son privados y funcionan sin una supervisión adecuada o sin adherirse a los estándares médicos establecidos. Esto a menudo conduce a una atención deficiente que no satisface las complejas necesidades de las personas que consumen drogas (PWUD).

En este artículo vamos a destacar las principales razones por las que las rehabilitaciones involuntarias en México no sólo son ineficaces, sino que también plantean riesgos significativos para la salud y el bienestar de las personas con trastornos por consumo de sustancias...

Los centros de rehabilitación involuntarios socavan la autonomía individual al ignorar el derecho de la persona a tomar sus propias decisiones sanitarias, lo que a menudo provoca resentimiento y falta de motivación, cruciales para el éxito de la recuperación.

Cuando te obligan a seguir un tratamiento en contra de tu voluntad, es natural que te sientas violado y resentido con todo el proceso. Este enfoque coercitivo no reconoce la importancia de la autonomía personal en el proceso de recuperación.

Los métodos de tratamiento coercitivos empleados por los centros de rehabilitación involuntaria pueden tensar las relaciones y erosionar la confianza entre usted y su sistema de apoyo. Sin su compromiso genuino con la recuperación, la probabilidad de recaída aumenta significativamente. La participación en el tratamiento se convierte en una mera formalidad y no en un deseo sincero de superar la adicción.

Los profesionales de la Casa de Recuperación Nueva Vida creen que la única manera de que alguien logre una recuperación total es mediante la iniciativa y la dedicación personales. Las personas que luchan contra la adicción a sustancias no sólo recibirán la atención y los cuidados adecuados de los expertos de Nueva Vida, sino que también se les animará a comprender mejor su estado y cómo afectará a su calidad de vida, si no se trata.

Los modelos de tratamiento estandarizados que emplean muchos centros de rehabilitación involuntaria no tienen en cuenta tus necesidades y circunstancias particulares, lo que conduce a una atención inadecuada y a un mayor riesgo de recaída. Cuando se le somete a un enfoque único, es posible que el programa no ofrezca planes de atención personalizados que aborden sus problemas específicos y cuestiones subyacentes. Este descuido puede contribuir a aumentar las tasas de recaída y dificultar tu recuperación a largo plazo.

Los programas residenciales de corta duración, que suelen durar sólo 21-28 días, carecen de pruebas de eficacia a largo plazo para personas diversas como usted. La complejidad de tu adicción requiere un enfoque personalizado que tenga en cuenta tus antecedentes, tu salud mental y tus factores sociales. Cuando los centros de rehabilitación involuntaria aplican un enfoque estandarizado, pueden exacerbar tus sentimientos de resentimiento y resistencia, dificultando tu plena participación en el proceso de recuperación.

Para lograr una sobriedad duradera, necesita un programa de tratamiento que reconozca su individualidad y se adapte a sus necesidades específicas. Sin esta atención personalizada, el enfoque de talla única utilizado en muchas rehabilitaciones involuntarias puede conducir a resultados inadecuados del tratamiento y perpetuar el ciclo de la adicción, dejándole luchando para mantener su progreso.

Los estudios demuestran que las personas que buscan tratamiento voluntariamente tienen tasas de éxito significativamente más elevadas que las que son obligadas, ya que la motivación interna desempeña un papel crucial para mantener el cambio a largo plazo.

Cuando se le obliga a someterse a tratamiento, puede experimentar sentimientos de resentimiento y rebelión contra el proceso, lo que reduce aún más su probabilidad de implicación y compromiso con los esfuerzos de recuperación.

Las investigaciones también indican que si completa el tratamiento voluntariamente, es más probable que desarrolle habilidades y estrategias de afrontamiento que le ayuden en su camino hacia la recuperación. Por el contrario, si se somete a tratamiento bajo coacción, es posible que no adopte plenamente estas habilidades, lo que aumentará su riesgo de recaída.

La falta de motivación intrínseca en los escenarios de tratamiento involuntario a menudo resulta en una mayor probabilidad de recaída, ya que puede no estar mental o emocionalmente preparado para comprometerse a un cambio duradero y mantener la sobriedad.

El tratamiento forzado a menudo no aborda las causas profundas de la adicción y carece de los cuidados de seguimiento necesarios, dejándole vulnerable a volver a caer en los viejos patrones.

La interrupción brusca del consumo de sustancias durante la rehabilitación involuntaria puede reducir la tolerancia a los opiáceos, lo que supone un riesgo 120 veces mayor de sufrir una sobredosis mortal al ser puesto en libertad.

Sin el apoyo adecuado y un tratamiento basado en pruebas y adaptado a sus necesidades específicas, las posibilidades de mantener la sobriedad a largo plazo disminuyen enormemente. La ausencia de compromiso personal y de implicación en el proceso de recuperación, junto con la falta de una asistencia posterior integral, contribuye a las tasas de recaída alarmantemente altas asociadas a los centros de rehabilitación involuntaria.

Al salir de un tratamiento involuntario, el riesgo de sufrir una sobredosis mortal es 120 veces mayor debido a la brusca pérdida de apoyo y a la menor tolerancia a los opiáceos. Los estudios demuestran que un porcentaje significativo de las personas que se someten a tratamiento involuntario no participan en programas de atención posterior, lo que en última instancia se traduce en mayores tasas de recaída.

La falta de una asistencia postratamiento integral puede llevar a la desconexión de los recursos de recuperación, complicando aún más su transición de vuelta a la vida cotidiana. La atención de seguimiento continua es esencial, pero muchas personas tratadas involuntariamente como usted se enfrentan a obstáculos para acceder a los servicios de atención posterior, lo que socava la eficacia del tratamiento inicial.

Sin una participación adecuada en los cuidados posteriores, tendrá que enfrentarse a los retos de la recuperación por su cuenta, lo que aumentará la probabilidad de recaídas y anulará los progresos realizados durante la rehabilitación involuntaria. Es crucial que los centros de tratamiento involuntario den prioridad a una asistencia postratamiento integral y se aseguren de que dispones del apoyo y los recursos necesarios para mantener tu camino hacia la recuperación.

Las pruebas indican claramente que los programas de rehabilitación involuntaria en México no sólo son ineficaces, sino que también pueden ser contraproducentes. Las investigaciones han demostrado que el tratamiento obligatorio no conlleva una disminución significativa del consumo de drogas ni de la reincidencia delictiva; de hecho, en ocasiones puede empeorar estos problemas. Además, las condiciones de muchos de estos centros, especialmente los informales y clandestinos conocidos como anexos, son a menudo abusivas y violan derechos humanos básicos. Con frecuencia, estos centros carecen de supervisión médica adecuada y utilizan medidas punitivas que pueden provocar graves daños físicos y psicológicos.

A la vista de estos resultados, es esencial que los responsables políticos se centren en opciones de tratamiento voluntarias y bajo supervisión médica que respeten la autonomía de las personas y aborden las causas subyacentes de la adicción.