Bad Bunny, demandado por uso de ‘la casita’ en conciertos de Puerto Rico
Una de las piezas visuales más icónicas de las residencias artísticas de Bad Bunny en su natal Puerto Rico está en el centro de una demanda millonaria
Román Carrasco Delgado, un hombre de 84 años demandó a la disquera Rimas Entertainment, a Move Concerts, A1 Productions y Bad Bunny por el uso indebido de su propiedad, una casa conocida como “la casita”.
Según Carrasco, él habría accedido a prestar su vivienda para grabar un corto vinculado al álbum DeBÍ TiRAR MáS FOToS con el acuerdo verbal de que sería la única producción sin fines comerciales en el escenario de los conciertos de Bad Bunny.
Sin embargo, ese acuerdo se habría roto cuando la propiedad fue fotografiada, medida y replicada en el escenario de los conciertos del reguetonero, convirtiéndose así en un elemento central en los shows.
¿Qué dice la demanda?
El documento judicial afirma que Carrasco no sabe leer ni escribir, pero escribió en la pantalla de un celular un documento cuyos términos desconocía. A cambio, únicamente recibió 5 mil 200 dólares.
Ahora, reclama una compensación total de 6 millones de dólares, desglosada en 5 millones por enriquecimiento indebido y un millón por daños emocionales y afectaciones a su privacidad.
¿Qué es “la casita”?
Construida en los años 60 por Román Carrasco y su hermano, La Casita es una vivienda pequeña ubicada en el barrio Río Abajo, que gracias al cortometraje y la residencia artística “No Me Quiero Ir de Aquí”, se convirtió en símbolo visual del universo estético de Bad Bunny en 2025.
Su réplica en los conciertos funcionó como área VIP para celebridades como Ricky Martin, LeBron James, Penélope Cruz y más. Además, fue parte del escenario en materiales promocionales y artículos de merchandising.
Carrasco asegura que su hogar, antes privado, se volvió punto turístico no deseado, donde curiosos se establecieron para tomar fotos sin su consentimiento.
La demanda fue presentada el 17 de septiembre ante el Tribunal de Primera Instancia de San Juan, Puerto Rico.
La defensa de Carrasco sostiene que el equipo del artista se aprovechó de la poca escolaridad y buena fe de su cliente, sin embargo, hasta el momento Bad Bunny no ha declarado nada sobre el caso, por lo que aún sigue en desarrollo.