Martín Solares contagia su emoción
"Presenta su ensayo de amor por las letras "Cómo dibujar una novela""
MAZATLÀN._ Sin saber francés, el escritor y editor Martín Solares pasó un examen de admisión de la Universidad La Sorbona de París, lo hizo con un dibujo con el que sintetizó la riqueza de los siglos de literatura francesa. Esa experiencia lo marcó y desarrolló una teoría que aplica desde entonces, sintetiza la trama y la energía de una novela con un dibujo, con esa experiencia escribió el ensayo "Cómo dibujar una novela".
Presentó precisamente este ensayo en la Feria del Libro de Mazatlán 2015, mostrando que más allá de la utilidad que su libro ofrece sobre el método para tener un panorama general y emotivo de una novela, lo que evidencia es el inmenso amor por la palabra, por las letras y las novelas que siente este escritor, su emoción emociona, su entusiasmo se vuelve viral, es contagioso, convence a su auditorio de las bondades de leer, de acercarse a la buena literatura.
Solares asegura que una novela se puede explicar con un trazo, un dibujo que sintetiza el rumbo de su trama, la energía que sube o que baja durante su desarrollo, como una gráfica de un electrocardiograma que desarrolla líneas que se liberan de un canon para tomar rumbos imprevistos, que dejan plasmadas imágenes que delatan las emociones que genera un texto.
El finalista del Premio Rómulo Gallegos dijo que un cuento puede ser una espiral que se va desarrollando desde una frase suave que introduce al lector hasta llegar a un final contundente, un golpe que deslumbra.
También, un cuento puede ser una prosa vertical que sorprende, estalla y su huella se queda a vivir con nosotros para siempre.
"Las novelas son como casas que vas construyendo con ladrillos, cuando la terminas le dejas la llave puesta a la puerta para que entren las personas y la habiten", comentó.
"Las buenas novelas no tienen religión, lo que tienen es un poco de filosofía, porque contienen una extraña forma de idealismo para cambiar el mundo, que seduce a quien la lee".
Recomendó a los que aspiran a crear una novela que escriban una cuartilla diaria, poco a poco la acumulación de cuartillas van a formar la narración, en una semana tendrán siete, en un mes 30, en un año van a tener una novela corta, también dijo que las buenas novelas son como flechas de largo alcance, en cada párrafo provocan una pregunta, ¿ahora qué va a pasar?
Para mantenerla por buen camino, el escritor no puede aflojar la tensión jamás, porque si lo haces se pierde al lector, que se desconecta del texto.
Dijo Martín Solares que hacía 15 años que no venía a Mazatlán, en aquella ocasión vino como editor de Tusquets, editorial que publicó Un asesino solitario, la novela que colocó en la luminaria de la literatura mexicana e internacional a Élmer Mendoza, lo presentó en el Museo de Arte de Mazatlán.
Juan José Rodríguez mencionó que el escritor es el culpable de que dos escritores se convirtieran en monstruos de la literatura de este País: David Toscano y Élmer Mendoza.
La vida de Martín Solares es una novela, compartió Rodríguez. Cuando se consolidó como editor de una de las más importantes editoriales del mundo de habla hispana, Tusquets, se enamoró, su objeto amoroso se fue a vivir a Francia y él renunció a su exitosa carrera como editor, se quedó en París durante siete años y sin saber francés pasó el examen de admisión de La Sorbona, artilugio que utilizó para que el Gobierno francés le diera la visa y poder quedarse a vivir en la Ciudad Luz con su novia.
"Escribir novelas es como ser engullido por una ballena, la única manera de salir del interior del cetáceo es si contamos lo que nos sucede en ese espacio, la luz de una pequeña vela no nos permite descubrir toda la forma que habitamos, avanzamos a ciegas. La vela nos permite ir iluminando la frase que estamos escribiendo, los efectos de la vela nos permiten vislumbrar un poco más de ese espacio. Todas las novelas coinciden en su forma de moverse, hacen giros y rodeos y digresiones para poder llegar a su presa, además, cada paso que dan critican el mundo, siempre dicen que está mal, que puede ser mejor. La filosofía de la novelas es el idealismo, que se rebela contra la realidad".
Esos rodeos y digresiones son los que le permiten a Martín Solares crear una forma para dibujar las novelas.