Diagnóstico terminal

Octavio Robledo
02 agosto 2025

Dentro de los efectos al presentarse un diagnóstico terminal definitivo, se debe de dar un acompañamiento tanatológico tanto al paciente como a los familiares que se sienten afectados por dicho diagnóstico.

El duelo anticipado es el proceso emocional que viven pacientes y sus seres queridos ante una pérdida eminente, especialmente cuando hay un diagnóstico de enfermedad crónica o terminal, como cáncer, Alzheimer, etc, este tipo de duelos comienza antes de la muerte física y puede ser tan intenso como el duelo posterior.

Cuando hay una enfermedad crónica degenerativa el duelo no comienza con la muerte física del familiar, el dolor emocional se anticipa, enfrentando emociones de pérdida desde el momento del diagnóstico, este fenómeno cobra especial relevancia en la tanatología actual, ya que permite una intervención temprana que puede aliviar el sufrimiento emocional y mejorar la calidad del final de vida.

Las características de un duelo anticipado son emociones como de tristeza, negación, ira, ansiedad, culpa y resignación, que afectan tanto al paciente como a los familiares, incluso en algunos casos al cuidador. Cabe señalar que el duelo anticipado no reemplaza al duelo posterior, pero lo puede suavizar.

El tanatólogo es clave en este proceso porque ofrece apoyo emocional, contención y orientación durante todas las etapas de la enfermedad, enfocándose principalmente a afrontar el miedo a la muerte, facilitar conversaciones difíciles, como despedidas o decisiones sobre el final de la vida, y sobre todo brindar un acompañamiento activo, respetando el ritmo emocional del paciente y su familia, también es de suma importancia coordinarse con equipo médico y de cuidados paliativos.

Tanto pacientes como familiares suelen pasar por fases similares a las de la doctora Elisabeth Kübler Ross: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.

La comunicación toma un papel muy importante, cuando es clara y empática permite que el paciente exprese sus deseos y temores, que la familia se prepare emocionalmente y tome decisiones informadas, se fortalezca el vínculo y se propicie una despedida significativa.

También existen los beneficios del duelo anticipado que son para el paciente, el permitirle prepararse espiritualmente, resolver asuntos pendientes y morir con mayor serenidad. Para los familiares, facilita la aceptación, reduce el impacto del duelo posterior y mejora la elaboración emocional de la pérdida.

El duelo anticipado es una experiencia compleja, pero también una oportunidad para sanar, cerrar ciclos y dar sentido a la vida hasta el último momento. La tanatología, a través del acompañamiento profesional, ayuda a humanizar este proceso, brindando apoyo integral a quienes enfrentan el final de la vida con conciencia y dignidad.