Marco Antonio tiene más de 40 años como productor de ostión al elegir la pesca por profesión en Chametla
El pescador señaló que no se arrepiente de cambiar los estudios por los campos pesqueros y desarrollar esta actividad
EL ROSARIO._ Para Marco Antonio Carrillo Flores estar en el agua, ya sea para la pesca o producción de ostión, fue una elección de vida al ejercer este oficio tras concluir la primaria, donde reconoce en la necesidad a su principal maestra.
”(Tengo) como unos 40 años más o menos, o más. Sólo (aprendí), yo digo que la necesidad... casi toda mi vida he dedicado a la pesca, nomás salí la primaria y a la pesca, de unos 14 años”, precisó.
Aunque posteriormente descubrió el gusto por la actividad, al punto de que en la actualidad lo ha convertido en un negocio familiar en la sindicatura de Chametla, concretamente en el canal llamado como “Las Culebritas”, mismo que alimenta el sistema estuarino “Las Cabras”.
Destacó que combina la pesca con la producción de ostión de placer, ya que cada uno tiene ciclos diferentes, pasando del pescado, al camarón y de ahí al ostión, en busca del sustento para su familia.
”Ha significado, pues, cómo le diré, pues el bienestar de la familia de aquí, de nosotros, y no me arrepiento de no haber estudiado porque me ha ido muy bien en la pesca a mi en realidad”, aseguró.
Sostuvo que lo que más disfruta de la actividad es sumergirse al agua para colocar o extraer el ostión, aunque en muchas ocasiones el agua esté muy fría.
De sus mayores logros, indicó, que ha sido el sacar adelante a cinco hijos y darles la oportunidad de estudiar hasta donde han querido.
En lo que respecta el ostión, informó, que tras terminar la zafra del camarón, alrededor del mes de noviembre inician la recolección de larvas en la bocabarra en el río Baluarte, para trasladarla al canal antes mencionado donde lo separan por tamaños.
”Ya empezamos a recolectarla y así lo cuidamos de tres a cuatro meses y ya empezamos a negociarlo ya que llega Semana Santa”, dijo.
Marco reconoció que por temporada llegan a tener una producción de alrededor de 80 mil ostiones.
Destacó que ellos pueden jactarse de que sacan el ostión del canal a la mesa, donde ofrecen la docena abierta a 70 pesos y la cubeta con alrededor de 12 docenas para llevar a 300 pesos.
El único inconveniente de la actividad, refirió, es la falta de apoyo por parte de las autoridades para generar canales de comercialización, por lo que han tenido que generar estrategias para encontrarle mercado.
Tal es su gusto por este trabajo que lo ha convertido en negocio familiar junto a su esposa, su hija, yerno y nietos, al punto de que en temporada de cosecha cambian su domicilio a una casita de madera y cartón.
La afluencia de visitantes también es aprovechado por su hija y esposa ya que ofrecen además del ostión ceviches, camarones cocidos y pescado sarandeado.
Concluyó que espera heredar a sus nietos este oficio que ha desarrollado a lo largo de toda su vida.