Juan Ramón mantiene vivo el oficio de la pescadería en el mercado de Rosario
Desde los 11 años comenzó atender el negocio junto a su padre y abuelo; su puesto es el único al interior del Mercado Municipal Miguel Hidalgo que ofrece pescado
EL ROSARIO._ Juan Ramón Sarabia atiende el único local al interior del Mercado Municipal Miguel Hidalgo que ofrece pescado.
Tiene poco más de 60 años de experiencia y aprendió de su padre Ramón Sarabia y de su abuelo Simón Sarabia; mismo que asegura realizará hasta que le den las fuerzas.
”Bueno viniendo yo aquí a agarrar los pescados tengo 63 años. Empecé a venir aquí con mi abuelo y mi papá a los 11 años de edad y ahorita tengo 74 años”, explicó.
Detalló que el oficio inició con su abuelo para después incluir a su papá, y al crecer lo fue llevando para que ayudara con las labores generales.
Recordó que en ese tiempo el mercado se abría a las 3:00 de la mañana, por lo que su abuelo Simón lo levantaba una hora antes para que sacara el pescado del hielo y lo llevara en una bicicleta desde la colonia La Joya hasta su puesto.
Al ser oficio parte de la familia y gracias a las enseñanzas de su abuelo, destacó que de inmediato aprendió a distinguir de una variedad de pescado, desde constantinos, robalo, mojarras, lisas, curvina, robalo, pargo, entre otros.
Tanto tiempo ha pasado en el mercado que le ha tocado presenciar el cambio de horario, o incluso el pasar de vender la pieza de pescado a ofrecer la lonja desde hace alrededor de 8 años.
Sostuvo que no todo ha sido fácil, pues ha visto como otros comerciantes han tenido que cerrar sus pescaderías quedando en el camino.
”He tenido la fuerza y la voluntad de aguantarle aquí, hay días buenos, días malos, ya ves ahorita cómo estamos; ya ve como en la pandemia cómo estuvimos”, refirió.
Sobre lo que ha significado desarrollar este oficio, sostiene sin titubear: pues es mi vida, porque de aquí he sacado para darle a mis hijos los estudios y mantener a mi familia .
Juan Ramón comparte que junto a su esposa Ernestina ha podido formar una familia, compañera en quien reconoció se ha sostenido, ya que lo hizo fuerte desde que se quedó sólo en la pescadería hace alrededor de 30 años.
Refiere que de esta unión fueron cuatro hijos y su mayor satisfacción es poder darles con el fruto de su trabajo una carrera profesionista, pues cuenta con tres mujeres maestras y un hijo biólogo acuacultor.
“Es la mejor herencia que les puede dar uno, porque económicamente estamos bajos verdad, pero gracias a Dios que yo ya los heredé”.
A sus 74 años, refiere que sigue trabajando más por necesidad, aunque no es mucha su solvencia económica, además de que cuenta con el apoyo de sus hijos, es por que está hecho a la dinámica del mercado municipal por lo que no puede estar en su casa.
”Y si Dios me presta vida hasta que ya no pueda pueda trabajar voy a dejar de venir y mientras pueda trabajar aquí voy a estar”, concluyó.