Sedentarismo, comida rápida y calidad de vida
Amigo lector de Noroeste, veamos la vida desde la realidad, a ras de piso no desde el escritorio. ¿Por qué?, desde el escritorio hay cada “sabelotodo”, y más si este tiene “verborrea”, que convence hasta al más “pintado”, pero cuando se está en el campo, aquí la cosa cambia, ¿por qué?, en el campo siempre se debe ir por él “como si”, hay que resolver, se aplica lo que se enseñó o lo que se le viene a la mente al individuo. Por ejemplo, los sedentarios (el sedentarismo ya se volvió endemia), este grupo de individuos de no iniciar con actividad física “deportiva” tendrán la factibilidad el día de mañana de padecer daño de órganos y sistemas; además, si su consumo de comida rápida es frecuente y si su genética es endomorfo padecerán obesidad y todas las complicaciones que esta trae en forma secundaria.
El ser humano en general va a consumir los mismos nutrientes se encuentre donde se encuentre, la diferencia de esto es, de dónde provienen, y qué tan industrializados o manipulados están por el hombre. A más manipulación o industrialización el nutriente es de más fácil digestión por lo tanto el cuerpo gasta menos calorías para su digestión, y vemos cómo grandes empresas hacen sus capitales a costa de vender a costa de lo que sea, pero déjeme decirle que estas empresas no son las responsables de tanto gordo o gorda, porque ellas exponen su producto y si usted lo compra y lo consume es su responsabilidad. “Recuerde que mientras haya quien compre habrá quien venda”, luego entonces la cultura alimenticia es primordial para una buena alimentación.
En las diferentes políticas gubernamentales desde el escritorio dicen cada cosa (sus programas) que es posible que no sean malos y se tenga buenas intenciones, pero es importante quién hizo este programa y qué factibilidad tiene a corto, mediano y largo plazo (y no sea una ocurrencia porque hay cada gobierno), a qué tipo de personas y qué cultura alimenticia tienen estas en relación a los alimentos.
Pero el gobierno puede implementar cada programa, pero si en el hogar no existe lo necesario o se tiene una cultura alimenticia de cantidad y no de calidad, además de que los padres son malos administradores por lo tanto trabajan los dos, dejan la alimentación de los hijos al “garete”, ah, pero eso sí, le dan “dinero” para que te compres algo de comer, y que cree que se compra la gran mayoría, lo más seguro y sin temor a equivocarme, “comida de fácil digestión” y todos contentos, menos la salud del individuo.
A través del tiempo existen diversas “mentiras y verdades a medias”, en relación a los alimentos saludables para los niños, que hoy en día es algo alarmante. Entre estos se tienen la bollería, cola de cao, lácteos, pastelitos, refrescos carbonatados y/o con un alto contenido de sodio, azúcar, comida rápida, y si a esto le agregamos otros factores como es el sedentarismo tanto en casa como en la escuela, esto se va a traducir en obesidad.
Vea este estudio en niños y adolescentes: los niños que ven 4 horas pantallas o más al día tienen más posibilidad de ser obesos. Los preescolares que sus padres le ponen una pantalla en su recámara tienen todo para ser obesos, entre los adolescentes la incidencia de obesidad aumenta un 2% por cada hora adicional de pantalla (televisión, tablet, celular etcétera).
Lo triste de todo esto es que los padres siguen dándoles alimentación de baja calidad a sus hijos, siguen sin una cultura de alimentación y actividad física, ellos se sienten “a gusto y confort” si están sin hacer nada pero en su casa, y algo también lamentable es ver cómo deportistas y otro tipo de famosos se usan para vender cada nutriente de fácil digestión al comensal. Pero sabe, el único culpable de todo esto es usted padre de familia.