Resguarda plaza comercial en Culiacán escombros ennegrecidos por hollín y un olor a ceniza

Daniela Flores
18 enero 2025

A dos días del siniestros los restos de los edificios se encuentran contenidos y, al mismo tiempo, dispersos

El viento sacude con fuerza las cintas amarillas que delimitan y prohíben el acceso hacia los restos carbonizados de un casino y un centro de diversiones de trampolines, ubicados en una conocida plaza comercial de Culiacán.

Según las versiones oficiales, el incendio, que tuvo lugar el 16 de enero, se originó por una chispa desprendida durante trabajos de soldadura. Las llamas arrasaron con techos, puertas, revestimientos metálicos, sistemas de aire acondicionado y escaleras.

A dos días del siniestros los restos de los edificios se encuentran contenidos y, al mismo tiempo, dispersos: metales ennegrecidos por el hollín, cartones calcinados y una parte del casino reducida casi por completo a cenizas.

Una pequeña fuga de agua se desliza por un lateral del centro de diversiones, escurriendo hasta la banqueta que colinda con la calle Jorge Julián Chávez Castro.

De acuerdo al Alcalde de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil, ya existe un dictamen del peritaje realizado y corresponde a las aseguradoras llevar a cabo los trabajos de limpieza.

“Hay tres aseguradoras que las diferentes empresas que están ahí tenían ya contratadas, son las que se están haciendo cargo ya del procedimiento de limpieza”, aseguró.

Cerca de las 14:40 horas, familias y grupos de amigos se agrupan bajo la sombra de los árboles que rodean el estacionamiento de la plaza. Desde allí, observan con detenimiento cada detalle de los negocios reducidos a escombros.

El aire, cargado de un aroma a ceniza y humo, acompaña la escena. En medio de este panorama, un adulto se detiene frente a los escombros. Mientras señala con la mano hacia el montículo de fierros retorcidos, parece explicar algo a dos niños que lo miran con atención.

De la plaza intacta a un costado salen dos hombres para abordar su carro, pero antes uno saca su celular y empieza a grabar, otro más se moviliza a la escena, desde su carro saca su celular y empieza a conversar.

“Parece que aventaron un misil”, le dice mientras se ríe.

Los negocios fusionados por los escombros también llaman la atención de un pequeño, que desde lo alto de una macetera, a varios metros de distancia, capta una fotografía y corre a mostrarla.