Laguna de Términos: entre la pesca y el petróleo
Las actividades pesqueras han sido, desde siempre, una de las bases económicas tradicionales de las comunidades asentadas en los alrededores de la Laguna de Términos. Actualmente esta actividad enfrenta la influencia negativa la industria petrolera pero la historia de resistencia y organización de las comunidades nos dan esperanza de que en México lograremos apostar por un modelo que integre el valor económico, social y ambiental de nuestros ecosistemas marinos.
Ubicada en Campeche, la Laguna de Términos es el sistema lagunar-estuarino más grande de México con una extensión de 2,007 kilómetros cuadrados. Es una zona prioritaria para la conservación de especies como el delfín, el manatí y el tiburón toro, así como para la reproducción de numerosas especies de importancia pesquera, tales como la curvina, la jaiba, el caracol, el camarón y el huachinango. En 1994 fue decretada como Área Natural Protegida, y en 2004 fue reconocida como sitio Ramsar.
Por su ubicación geográfica y condiciones ambientales, su litoral ha sido un sitio estratégico para el control comercial y el desarrollo de diferentes culturas. Una gran cantidad de sitios arqueológicos chontales y mayas se encuentran en su costa y a lo largo de los afluentes de sus ríos. Como forma de defensa ante las incursiones españolas, las poblaciones chontales que habitaban la región establecieron alianzas con grupos de piratas -en su mayoría ingleses-, quienes les ayudaban a combatir a las brigadas españolas a cambio de refugio y del aprovechamiento de las maderas locales.
Esta situación permitió que la jurisdicción española se mantuviera fuera de la región durante más de 200 años después de su llegada a la península de Yucatán. En la época de la Colonia, Campeche se convirtió en una ruta estratégica del comercio europeo. Fue una parada necesaria en los viajes que se realizaban entre Veracruz y España, así como un centro de distribución hacia varias islas del Caribe.
Durante muchos años, la explotación maderera fue la principal actividad comercial en la región hasta que ese apogeo terminó y la región experimentó una fuerte crisis económica, la cual logró superar con el “descubrimiento” de los grandes bancos de camarón que ya venían siendo aprovechados desde hacía varios años en el Golfo de Campeche por embarcaciones cubanas, japonesas y estadounidenses. Durante casi ochenta años, Campeche fue el tercer estado con mayor volumen de captura a nivel nacional (1917-1994) y un importante exportador de esta especie.
Frente a la Laguna de Términos se ubica la región petrolera Sonda de Campeche que representa más del 80 por ciento del petróleo crudo y el 300 por ciento del gas natural producido por México. Esta actividad ha representado varios desafíos para la zona. A lo largo de la costa ocurren derrames, lo que ha generado consecuencias ambientales importantes por lo que “Establecer el Área de Protección de Flora y Fauna Laguna de Términos fue clave para evitar que PEMEX expandiera sus actividades de exploración y desarrollo en la laguna y los humedales asociados”.
Las personas que viven directamente de la pesca se encuentran en una situación de gran vulnerabilidad, por lo que muchas de ellas se han organizado para emprender acciones de cuidado ambiental con el fin de garantizar la reproducción de las diferentes especies de aprovechamiento pesquero.
Una de las iniciativas comunitarias más importantes es el decreto de la zona de refugio pesquero “Punta de Tigre”, que abarca un perímetro de aproximadamente mil hectáreas ubicadas entre la Laguna de Términos y el Golfo de México. Esta es el resultado de más de cinco años de trabajo por parte de las cooperativas pesqueras de Isla Aguada, con el apoyo del Programa de Pequeñas Donaciones de la ONU, la Alianza Kanan Kay, la asociación civil COBI A.C., y de la Secretaría de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambio Climático y Energía de Campeche (Semabicce).
La Zona de Refugio Pesquero ha sido importante no solo por los beneficios ambientales que genera para la comunidad, sino también porque se ha convertido en un espacio de organización comunitaria en el que convergen el sector turístico, pescadores y distintos grupos de personas que han constatado el deterioro de la salud de los mares. En este espacio han comenzado a diseñar estrategias para el cuidado y rescate de los recursos comunitarios, y han reconocido la importancia de construir alianzas, educar a las personas de la comunidad e implementar actividades productivas que generen empleo mediante el cuidado del entorno y de sus conocimientos tradicionales.
La Zona de Refugio Pesquero es solo el inicio de un proceso organizativo que busca garantizar que las y los jóvenes de Isla Aguada puedan mantener sus formas de vida ligadas al mar y seguir alimentando a las futuras generaciones.
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El autor es León Pérez, coordinador de los Trabajos en Campo de Oceana en México