Víctor Manuel Sánchez Valdés
14 mayo 2025

Hace más de 250 días comenzó una cruenta disputa entre las dos familias más importantes del Cártel de Sinaloa, que rompió a la organización en dos facciones, una encabezada por los hijos de “El Chapo” Guzmán y otra por uno de los hijos de “El Mayo” Zambada, los cuales se pelean con violencia los territorios que antes eran comunes, siendo el epicentro de la batalla la ciudad de Culiacán.

Sin embargo, la disputa ya no se limita a las calles de Culiacán o a las zonas serranas de Sinaloa, Chihuahua, Durango y Sonora, sino que todo parece indicar que el siguiente campo de batalla serán los tribunales en los Estados Unidos, ya que algunos medios de comunicación señalan, que tanto Ovidio, como Joaquín Guzmán López, ambos hijos de “El Chapo”, que se encuentran en custodia del sistema judicial del país vecino, habrían negociado beneficios procesales, como reducción de condena, a cambio de aportar información en el juicio de Ismael “El Mayo” Zambada y de otros personajes como Rafael Caro Quintero.

De ser esto cierto, implicaría una doble traición de “Los Chapitos” a los Zambada, ya que no sólo entregaron a “El Mayo” a los Estados Unidos con engaños, sino que además pasarían a ser los testigos estrella en su contra, lo cual recrudecerá las hostilidades entre ambas facciones y además podría sumar a la disputa al Cártel de Caborca, que se conforma por familiares de Caro Quintero, que se habían mantenido neutrales hasta ahora.

Negociar beneficios judiciales es muy común en los Estados Unidos y se utilizan los peces más pequeños para cazar al pez de mayor tamaño, en este caso, estarían reduciendo la condena de “Los Chapitos” para garantizar una condena mayor para “El Mayo” Zambada.

Sin lugar a duda, la gente ligada a “El Mayo” Zambada y él mismo podrían hacer lo propio en contra de “Los Chapitos”, es decir, su hijo Vicente Zambada Niebla o su hermano Reynaldo Zambada García, que también están bajo custodia del Gobierno de los Estados Unidos, bien podrían ofrecer testimonio en contra de Ovidio y Joaquín. El problema es que en la balanza de importancia pesa más lograr una gran condena para “El Mayo” Zambada, que una para los hermanos Guzmán.

Sin embargo, esto puede derivar en un proceso de traiciones cruzadas en los tribunales de los Estados Unidos, en donde se generen incentivos para que todos declaren en contra de los demás, ya que hay que recordar que en febrero pasado el Gobierno de México entregó a los Estados Unidos 29 narcotraficantes, de los cuales seis formaron parte del Cártel de Sinaloa y en dicho país ya se encuentran muchos operadores de la misma organización, que fueron extraditados antes.

De manera que las acusaciones cruzadas podrían propiciar grandes crisis al interior del Cártel de Sinaloa. Ya que no sólo se trata de declaraciones de “Los Chapitos” contra los Zambada y viceversa, sino de colaboradores cercanos a cada bando que tienen mucha información sobre los mismos.

Por ejemplo, dentro de los 29 extraditados se encontraba José Ángel Canobbio Inzunza, “El Güerito”, considerado número 2 de la facción de “Los Chapitos”, por lo que además de lo que pueda declarar en contra de los Zambada, también podría verse tentado a traicionar a sus socios, los Guzmán.

Algo similar pasa con otro extraditado, Inés Enrique Torres Acosta, jefe de seguridad de “El Mayo” Zambada, que podría declarar tanto en contra de los enemigos de su ex jefe, como también contra su jefe mismo.

Obviamente hablamos de escenarios posibles, que no sabemos si se presentarán, pero pueden darse porque precisamente le conviene al Gobierno y en especial a los fiscales de los Estados Unidos. Propiciar un esquema de traiciones cruzadas, en donde más se beneficia quien aporta más información sobre rivales y aliados.

Empero, todos los arrestados en Estados Unidos tienen familias y conexiones en México, por lo que una declaración en tribunales de allá, podrían propiciar ataques entre células en México o ejecuciones de familiares, incrementando con ello la violencia en la zona en donde el Cártel de Sinaloa tiene presencia.

De forma que bien haría el Gobierno Federal de México en reforzar la presencia de la Guardia Nacional, la Marina y el Ejército en Sinaloa, Sonora, Chihuahua y Durango, previniendo posibles escaladas de violencia entre las dos facciones del Cártel de Sinaloa.

El autor es profesor investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila, especialista en seguridad y doctor en políticas públicas por el CIDE.