Gentrificación en la CDMX, un llamado social a la justicia urbana
El fenómeno de la gentrificación no es nuevo en la Ciudad de México, pero en los últimos años ha mostrado su rostro más excluyente, afectado a muchas familias originarias de barrios emblemáticos. Durante mis estudios de doctorado, una de las teorías que fueron parte del análisis de mi trabajo fue la teoría del desarrollo geográfico desigual de David Harvey, a través de la cual analicé las asimetrías entre los mercados laborales regionales del sur global. Teoría que hoy toma significado en la discusión sobre gentrificación y derecho a la ciudad que se ha instalado en la agenda pública de la CDMX.
Harvey destaca que el desarrollo desigual no es accidental, sino consecuencia del sistema capitalista que se apropia de recursos y territorios a menudo a través de la violencia y la coerción para mantener la dinámica de acumulación, lo que genera patrones de desigualdad espacial. Es decir, desigualdad social por la vía de los procesos de acumulación, donde el espacio geográfico es tanto un producto como un agente de acumulación capitalista.
Este mismo autor señala que el desarrollo urbano ha transformado la forma de consumir, producir, pensar, inventar y organizarnos. Se han inventado novedades con el fin de “hacer eficiente” el tiempo, pero en contradicción hay menos tiempo para la recreación y la creatividad. La mayoría, y en particular quienes viven en marginación, pasan más tiempo en el transporte público, por ejemplo, trasladándose de sus lugares de trabajo a sus hogares en la periferia, donde no hay acceso a servicios ni recursos urbanos.
Manifiesta una preocupación por la búsqueda de una igualdad social, es decir, el que haya mismas oportunidades y posibilidades de vida para todos, pensar en una forma alternativa de urbanización para que todos podamos vivir mejor, sin excluir a nadie, con políticas que desafíen la acumulación de capital de una minoría global que controla los recursos del planeta y la mayor parte de la riqueza mundial.
Y continúa el geógrafo británico, estableciendo la necesidad de un proyecto político que dé pie a un cambio urbano en el que todos podamos vivir mejor, con énfasis en el trabajo con la comunidad, que son quienes saben lo que se puede hacer, comprenden la naturaleza de los problemas y las posibles soluciones a desarrollar.
La participación es indispensable para repensar el futuro urbano de la capital, creando espacios en donde los intereses de la comunidad prevalezcan sobre los intereses privados. Es precisamente esa falta de espacios de diálogo lo que llevó a muchos afectados a manifestarse en las últimas semanas y expresar su descontento con la inacción gubernamental frente a expulsión de muchas familias debido a la especulación inmobiliaria.
La jefa de Gobierno ha expresado solidaridad con los manifestantes y recientemente presentó 14 puntos para combatir la gentrificación, que además de controlar las rentas, regular plataformas y establecer mecanismos de defensa al inquilino, propone la construcción de vivienda y la inclusión de los vecinos en “una gestión democrática y participativa en el territorio”. Esto supone una organización permanente de la comunidad para darle seguimiento e intervenir en el futuro de nuestra ciudad.
Sin duda es necesario equilibrar la balanza, poniendo en consideración tanto la demanda social de vivienda justa y asequible como los intereses del capital global, para encontrar un punto de coexistencia donde haya un beneficio de mayor equidad para las comunidades afectadas que han sido desplazadas y desarraigadas de sus territorios hacia las periferias.
Estos 14 puntos comprometen al Gobierno de Ciudad y abren espacio para que instituciones locales comprometidas con la defensa de la comunidad se sumen a la vigilancia y acompañamiento social en este proceso, espacios que nacen con esta vocación, sin duda, como la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, que puede contribuir a fortalecer los puentes hacia la construcción de un diálogo social.
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La autora es Nancy Pérez García (@nancyperez_g), defensora de Derechos Humanos. Integrante del Consejo Asesor de Sin Fronteras.