Finanzas públicas en jaque: Pemex, contratos mixtos y riesgos estructurales

México ¿cómo vamos?
10 agosto 2025

Desde la administración anterior hay un claro viraje sobre la dominancia que debe de tener el sector energético, pues se instó como uno de los ejes torales del crecimiento económico, con la enorme limitante de prohibir de la inversión privada en el sector. Esto ha traído como consecuencia un enorme paradigma pues al mismo tiempo la situación de las finanzas públicas se ha enrarecido; el Gobierno federal no cuenta con los recursos suficientes para poder detonar un nuevo ciclo de inversión productiva, mantener los apoyos sociales y seguir apoyando a Pemex, que es la empresa petrolera más endeudada del mundo.

La producción de hidrocarburos no ha hecho más que retroceder, aunque para la actual administración el objetivo central es estabilizar la producción en 1.8 millones de barriles diarios. En mayo de 2025, la producción de hidrocarburos líquidos (que incluye crudo y condensados) se ubicó en 1.6 millones de barriles diarios (Mbd), lo que representó una caída anual de 8.4 por ciento. En el acumulado del año, la producción se encuentra 10.2 por ciento por debajo del mismo periodo de 2024. Si consideramos únicamente el crudo, la producción acumulada en mayo promedia 1.37 Mbd, frente a los 1.53 Mbd registrados el año anterior, lo que implica una caída anual de 10.7 por ciento. La caída en la producción hace evidente la falta de inversión y la maduración de los campos, por lo que es imperante destinar mayores recursos (ya sean públicos o privados) a la exploración y producción si el gobierno quiere lograr la meta de estabilizar la producción.

En cuanto a refinación, la producción de gasolinas ha mostrado un incremento, promediando 325 mil barriles diarios en comparación con los 307 mil del año anterior, lo que representa un crecimiento anual de 6.2 por ciento. El repunte principal se registró en abril y mayo, impulsado por el inicio de operaciones de la refinería de Dos Bocas, que en esos meses produjo poco más de 40 mil barriles diarios de gasolina, mientras que el año pasado no se tenía registro de producción en dichos meses. Esta cifra representa el 25 por ciento de la capacidad estimada de dicha refinería. Sin embargo, el acumulado de los últimos 12 meses al primer trimestre de 2025, el segmento de refinación arroja una pérdida neta de 633 mil 448 millones de pesos. Hay momentos en que este negocio ni siquiera cubre costos de venta.

El 29 de abril de 2025 se publicaron en el Diario Oficial de la Federación los lineamientos para los esquemas de desarrollo mixto de Pemex, que establecen el marco normativo que regula cómo la empresa puede asociarse con inversionistas privados para llevar a cabo actividades de exploración y extracción de hidrocarburos. El Consejo de Administración es el encargado de aprobar estos esquemas y sus contratos.

Los interesados pueden participar a través de procedimientos de selección regulados, predominantemente mediante licitación pública. En casos justificados, también se contemplan invitaciones restringidas, procedimientos competitivos o adjudicación directa. Las propuestas deben cumplir con criterios técnicos, financieros, legales y operativos establecidos en las bases de cada convocatoria. El Grupo de Asignaciones para Exploración y Extracción, en coordinación con otras áreas internas, es el organismo responsable de coordinar estos procesos y evaluar la viabilidad de los proyectos.

En cuanto a la recuperación de costos, el inversionista privado puede recuperar su inversión únicamente a partir de los ingresos generados por el Contrato Mixto, con un tope del 30 por ciento (o hasta 40 por ciento con autorización especial), y una vez que se hayan cubierto las obligaciones fiscales. La Secretaría de Hacienda será la encargada de supervisar esta recuperación. Las utilidades se distribuirán conforme al porcentaje de participación, que en el caso de Pemex no puede ser inferior al 40 por ciento. Un contrato podrá finalizar de forma anticipada si se incumplen las obligaciones o se actualiza alguna de las causales previstas; en ese caso, se podrá iniciar un nuevo proceso de adjudicación o devolver la asignación a Pemex para su desarrollo.

Hasta el momento, de acuerdo con fuentes extraoficiales, la inversión privada más relevante bajo estos nuevos lineamientos sería por parte de Grupo Carso, que habría recibido aproximadamente el 62 por ciento del monto total adjudicado en los contratos mixtos recientes, equivalentes a 5 mil millones de dólares del total estimado de 8 mil 060 millones, centrados en el campo de gas de Ixachi, Veracruz.

A pesar de la publicación oficial de los lineamientos de desarrollo mixto por parte de Pemex, aún falta información clave para comprender plenamente el alcance y viabilidad del nuevo esquema. En particular, sigue pendiente la divulgación formal de los contratos adjudicados, sus términos financieros y operativos, así como los criterios específicos que determinaron la elección de socios privados como Grupo Carso. También sería relevante conocer el calendario detallado de licitaciones futuras, los campos prioritarios para asociación, y cómo se garantizará la transparencia en los procesos de selección y evaluación de resultados. Esta información es esencial para evaluar el potencial real del modelo, su alineación con los objetivos estratégicos de Pemex y sus implicaciones fiscales y operativas para el Estado mexicano.

El tema más relevante es que Pemex ha diluido su contribución al Gobierno federal, al mismo tiempo que ha recibido transferencias a través de aportaciones de capital, levantando cuestionamientos sobre la sostenibilidad y, más importante aún, la rentabilidad de dichos recursos, toda vez que el negocio de refinación no deja de ser perdedor. La aportación de Pemex a los ingresos del Gobierno federal ha caído de manera significativa respecto a los ingresos totales del Gobierno federal, tanto en términos absolutos como en términos porcentuales. Con cifras acumuladas a mayo de 2025, los ingresos que el sector público recibe de Pemex sumaron 265 mil 332 millones de pesos, lo que representa una caída de 34.6 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.

A pesar de las aportaciones del Gobierno federal, los pasivos totales de Pemex se han incrementado, pues la deuda financiera asciende a 106 mil millones de dólares y los pasivos con proveedores a más de 20 mil, aunque estos últimos se redujeron en el primer trimestre de 2025.

Resulta imperante hacer una reforma financiera, pero es mucho más relevante hacer una reforma operativa, pues a pesar de la posible asunción de deuda de Pemex por parte del gobierno federal, si no se logran revertir las pérdidas de utilidades, la reforma financiera no tendrá éxito. Ello considerando que Pemex es uno de los factores medulares de los cuestionamientos sobre la senda de sostenibilidad de las finanzas públicas.

La autora es Alejandra Marcos Iza (@alemarcosi), directora de Análisis y Estrategia de Intercam Grupo Financiero, Embajadora y miembro de la mesa directiva de Mujeres en Finanzas (MEF) y experta en México, ¿cómo vamos?